El 13 de marzo de 2020, Uruguay comenzó a enfrentar uno de los mayores desafíos de su historia reciente con la confirmación de los primeros cuatro casos de Covid-19, importados desde Italia y España. Este hecho marcó el inicio de una crisis sanitaria que cambiaría por completo la vida cotidiana del país y del mundo entero. La propagación del virus, originada en un evento social al que asistieron unas 500 personas, condujo a una serie de medidas estrictas para contener su avance.
Medidas de emergencia ante el avance del Covid-19
El gobierno, encabezado por el presidente Luis Lacalle Pou, implementó rápidamente una serie de restricciones. Entre las primeras medidas adoptadas se incluyeron la suspensión de espectáculos públicos, el cierre de espacios públicos y la recomendación de que la población permaneciera en sus hogares. A tan solo un día de confirmados los primeros casos, el 14 de marzo, se suspendieron las clases en todas las instituciones educativas, tanto públicas como privadas, por un plazo inicial de dos semanas, medida que más tarde se extendió indefinidamente. Las fronteras terrestres con Argentina fueron cerradas y se restringieron los vuelos provenientes de Europa y Estados Unidos.
Una de las decisiones más destacadas fue la apuesta por la responsabilidad individual y colectiva para evitar una cuarentena obligatoria, promoviendo el distanciamiento social voluntario y el uso de tapabocas, medidas que marcaron la vida diaria de los uruguayos durante los siguientes meses.
El rol crucial de la comunidad científica
En medio de la incertidumbre, el gobierno creó en abril de 2020 el Grupo Asesor Científico Honorario (GACH), un comité de expertos que asesoraba al gobierno en la toma de decisiones relacionadas con la crisis sanitaria. Este grupo estuvo integrado por científicos de renombre como el doctor Rafael Radi, presidente de la Academia Nacional de Ciencias del Uruguay, el gastroenterólogo Henry Cohen y el matemático Fernando Paganini, entre otros.
La labor del GACH fue fundamental, al igual que el trabajo de los investigadores en el campo de la biología y la virología. Un claro ejemplo de esto fue el virólogo Gonzalo Moratorio, quien lideró el desarrollo de pruebas rápidas y económicas para detectar el SARS-CoV-2. Este trabajo fue reconocido a nivel internacional y, en 2020, Moratorio fue incluido por la revista Nature entre los 10 científicos más destacados del año.
Aumento de casos y nuevas medidas de contención
A pesar de los esfuerzos iniciales, hacia finales de 2020 y principios de 2021, Uruguay enfrentó un aumento significativo de casos y muertes por Covid-19. El gobierno reforzó las medidas sanitarias, limitando aforos en espacios públicos y privados y suspendiendo eventos masivos. La campaña de vacunación, que había comenzado en marzo de 2021, tomó impulso, con las vacunas CoronaVac de Sinovac y Comirnaty de Pfizer-BioNTech como principales opciones para la población.
Impacto social y económico: un país en transformación
Más allá de las medidas sanitarias, la pandemia tuvo un impacto profundo en la economía y la vida social de los uruguayos. En marzo de 2020, las solicitudes de seguro de desempleo se dispararon, alcanzando un total de 86,000 solicitudes, muy por encima del promedio mensual de 11,000. Además, el uso de internet desde el hogar aumentó un 32%, y el uso de dispositivos móviles un 44%, según informó Antel en su momento.
Sectores como el de los gimnasios y las actividades deportivas fueron particularmente afectados. Muchos gimnasios adaptaron sus servicios, llevando las clases al aire libre en espacios públicos como la rambla y los parques, tras la suspensión de actividades en espacios cerrados en diciembre de 2020.
Recordemos cómo se vivía en ese entonces las noticias, y cómo Uruguay logra ser noticia internacional tras la gestión de la pandemia.
El crucero Greg Mortimer: un símbolo de solidaridad
Un evento que destacó la solidaridad de Uruguay a nivel internacional fue el caso del crucero Greg Mortimer. En marzo de 2020, el buque se vio afectado por un brote masivo de Covid-19 a bordo, afectando a aproximadamente el 60% de los pasajeros y tripulantes. Ante la negativa de otros países para permitir su desembarco, Uruguay ofreció un acto de humanidad al permitir que el crucero atracara en Montevideo. Equipos sanitarios del país subieron a bordo para realizar pruebas y evacuar a los casos más graves, además de organizar corredores humanitarios que facilitaron el regreso de los pasajeros a sus países de origen.
En octubre de 2022, el Greg Mortimer regresó a Montevideo como muestra de agradecimiento por la ayuda recibida. Este gesto fue memorable, especialmente para los pasajeros como Jesz Fleming, quien recordaría para siempre la solidaridad de los uruguayos al besar el suelo del aeropuerto de Carrasco al regresar a su país.
Cinco años después: un saldo de casi un millón de casos
Al 30 de julio de 2022, Uruguay había registrado casi 1 millón de casos confirmados de Covid-19 y más de 7,300 muertes. A pesar de la tragedia que dejó la pandemia, el país logró atravesar este desafío gracias al esfuerzo conjunto de la comunidad científica, las autoridades sanitarias, la solidaridad social y la responsabilidad de la población.
Hoy, cinco años después de la llegada del Covid-19 a Uruguay, el país continúa en proceso de recuperación, reflexionando sobre las lecciones aprendidas y la importancia de estar preparados ante futuras crisis sanitarias. La pandemia dejó una marca imborrable, no solo en la historia de la salud pública, sino también en la vida de cada uruguayo que vivió en carne propia los momentos de incertidumbre y dolor, pero también de unidad y solidaridad.
