El dicho aquel de “que el quemado con leche ve la vaca y dispara…” no es nuevo, ni tampoco carece de razón…
Pero este dicho tan conocido nos vuelve la memoria, por el simple hecho del anuncio político de la mayor inversión en la historia del país.
Nos referimos a la producción de hidrógeno verde que el gobierno nacional ha anunciado para el departamento de Paysandú.

Entre las mayores críticas que se formulan a este tipo de emprendimientos está el uso del agua dulce…porque para nadie es un secreto que si hay un recurso en abundancia en el Uruguay es el agua dulce, algunas veces sub explotado y hasta casi que desconocido. Nos referimos concretamente al Acuífero Guaraní (también llamado Botocatú en Brasil), el que se considera uno de los más grandes del mundo.
Sin embargo que sepamos en el Uruguay está apenas explotado y es más los que se pierde de él que lo que se lo preserva.
No es así en otros países de la región donde en los últimos años ha crecido enormemente su explotación (no su preservación).
Mientras los estudios científicos sostienen que el método principal y el más usado hasta el momento para la producción del hidrógeno verde, es el de hidrólisis, es decir de la descomposición del agua dulce, otros como el Ministerio de Medio Ambiente del Uruguay sostiene que la cantidad de agua que demandaría esta producción sería ínfima.
La referencia al dicho popular viene al caso de que otra vez debemos confiar en la palabra de nuestros políticos. La experiencia no dice que en estos casos se enumeran las ventajas, pero nunca, los perjuicios que este tipo de iniciativas nos pueden aparejar.
Recuérdese lo sucedido con UPM 2, jamás nos iba a afectar el ambiente ni los recursos del país (claro está que salvo algún imprevisto como ha sucedido lamentablemente). También Chernobil fue muy ventajosa hasta que causó una de las mayores catástrofes de la humanidad).
Existen en estos momentos tres proyectos de inversión a estudio y el ministerio mencionado se halla abocado a determinar en qué región o lugar concreto sería más apto, aunque hablando siempre del departamento de Paysandú y de agua del río Uruguay.
En pocas palabras no queremos estos “mega proyectos” si el costo puede llegar a ser catastrófico. Esto no es oponerse al desarrollo sino producir lo que no apareje un riesgo mayor para nuestros recursos con una explotación que no ponga en riesgo la supervivencia del recurso.
A.R.D.