Mucho más allá de la eterna discusión, de si accidente o siniestro (la principal diferencia para nosotros se plantea a la hora de comunicarlo porque la gravedad no es la misma), entendemos que es muy necesario revisar lo que se está haciendo, quienes lo están haciendo, como lo hacen y sobre todo los resultados de este esfuerzo.
Dicen los técnicos que la mayoría de los “siniestros” se pueden evitar. La diferencia entre un “siniestro” y un “accidente” es el hecho precisamente que aquel se produce por una imprudencia, una irresponsabilidad o una falta de previsión, mientas que esto es algo totalmente imprevisto. Vale decir que salvo un rayo, es difícil pensar en un “accidente”.
Cuando conducimos no solo tenemos que tener en cuenta nuestra propia seguridad sino también la de terceros que en alguna medida en esas circunstancias depende de nosotros.
Precisamente hemos insistido y volvemos a hacerlo hoy, en la importancia de la cartelería y de los controles, que adviertan a los infractores de la irregularidad cometida y posteriormente la sanción más dura que se conciba, por aquello de que “la letra con sangre entra…”
Muchas veces hemos insistido en la falta de estos dos elementos en el tramo de ruta entre la ciudad y Termas del Daymán, donde hemo observado todo tipo de irregularidades y por ello seguiremos insistiendo en este tema.
La infracción más frecuente que hemos observado, en algunos casos ante la presencia de policía Caminera, es la circulación por las banquinas y el adelantamiento de motos por la derecha.
Hay voces que sostienen que la cuestión determinante, es y será siempre el respeto a las normas de tránsito, porque ya sea por ignorancia o distracción en
la mayoría de los casos, se viola algunos de estos aspectos.
En definitiva, también en este sentido la responsabilidad es lo más importante. Muchas veces algunos errores como “olvidarse” de desactivar un señalero luego de realizada la maniobra anunciada o peor aún, olvidarse de activar un señalero que alerte a quienes circulan en el mismo sentido que tipo de maniobra se apresta a realizar, puede ser catastróficos.
En algunos países europeos, que disponen incluso de mayor número de cámaras, se toman fotografías automáticas de estos errores o faltas y al propietario de la matricula le llegan también automáticamente las multas que correspondieran.
Pero mejor aún. Estos errores, cometidos en la mayoría de los casos restan puntos en la licencia para conducir y llegado a cierto límite caduca la licencia.
¿No será momento de que analicemos si no se debe comenzar a imponer aquí también una medida semejante?
A.R.D.
