Recordamos que durante el gobierno del Arq. Néstor Minutti, (1971- 77) y cuando ya se terminaba la construcción dela represa de Salto Grande, ya preocupaba la escasez de trabajo en Salto. A punto tal que se manejó la posibilidad que se trajera a Salto, desde Italia la construcción de los motores “Lombardini”, que gozaban de buen prestigio en el mundo.
Finalmente no prosperó, como tampoco han prosperado ideas anteriores, desde la elaboración de las papas disecadas, el puré de papas y otras hortalizas, idea impulsada fuertemente, por el recordado productor Miguel Peirano, que sin embargo naufragó en la más cruel orfandad.
Como también lo hicieron posteriormente, proyectos que tuvieron otros impulsores, como el Nueva Hespérides que iniciaría vuelos desde aquí a muchas partes del mundo, como el del puerto, que se reflotaría con fines de ser utilizado como terminal de cargas u otros fines.
Ni que hablar del canal de navegación, de la hidrovía, de la esclusa de San Antonio. El denominado “tren de los pueblos libres”. La interconexión ferroviaria con Bolivia y más. Significa que proyectos no han faltado. Que es lo que faltó entonces para que Salto pudiera “Despegar” en materia de trabajo y desarrollo para mejorar las condiciones de vida de sus pobladores.
Los salteños liderados por gente que tuvo la inteligencia, la voluntad y la tenacidad suficiente como para integrarse a la región y luchar por el aprovechamiento de los rápidos del río Uruguay, nunca más fueron capaces de ponerse de acuerdo con obra alguna para impulsarla entre todos.
A qué viene todo esto. A que consideramos válida la preocupación del Intendente Lima por conseguir trabajo para los salteños, pero mucho nos tememos que esta preocupación le lleve a tomar decisiones apresuradas y el mayor provecho de estas decisiones quede en manos de inversores inescrupulosos, que lejos de interesarse por el bienestar los salteños y demás habitantes de la región, están interesados en arrimar leña para su fogón.
No dudamos en la importancia del tema. Tampoco dudamos que con más trabajo se solucionarían muchos de los problemas que actualmente presenta Salto, pero como lo hemos dicho no cualquier proyecto apunta los fines que se pretenden.
Es necesario analizar fehacientemente la factibilidad, las consecuencias y las derivaciones de cada proyecto, si lo que se pretende es realmente mejorar las condiciones de vida de la gente de la región.
A.R.D.