Hace algunos lunes atrás hablábamos de la problemática que vive la zona metropolitana con el agua potable; con la falta de agua hasta para beber, como consecuencia de la sequía histórica que viene afectando al país.

Queremos hoy agregar algunos elementos pero, además, ampliar la visión con otros ejemplos de esta región y de Salto mismo también, aunque no concretamente sobre el agua.
Es decir, cuando hablábamos de este tema, decíamos como premisa fundamental, que se trata de un problema sobre el que ha habido cierta displicencia -hasta indiferencia tal vez-, no solo de este gobierno sino de todos quienes han conducido el país desde no menos de veinte años a esta parte. Han pasado distintos colores políticos, así que no aceptamos el “pase de factura” de unos a otros. Lo que sí creemos es que hoy, se le debe reclamar al gobierno de hoy, claro, ¿a quién más si no? Pero sin olvidarnos que responsable, en todo caso, ha sido el Estado Uruguayo, no tal o cual partido o coalición de turno.
En otras palabras, hay cuestiones que tienen que ser, decididamente, políticas de Estado, no proyectos circunstanciales de tal o cual Gobierno en particular. ¿Se entiende la diferencia? Solo cuando entendamos eso, podremos darle continuidad a lo que sea bueno y/o necesario para el país, es decir: para todos.
Esa continuidad más allá de políticos de turno, que como sabemos son siempre “aves de paso”, es la que garantiza el crecimiento de las cosas. Por eso nos interesa ejemplificar lo que estamos diciendo con casos más cercanos, regionales y locales, cosas bien concretas y hasta tangibles.
¿Le parece que empecemos por la Fiesta de la Cerveza de Paysandú? Bien. He dicho alguna vez que cuando converso de esto con Carlos Ardaix, hombre que mucho sabe de fiestas grandes, siempre me hace ver que la tradicional fiesta que tienen los sanduceros en Turismo no solo se ha mantenido a lo largo del tiempo sino que ha crecido considerablemente por una razón fundamental: todos los intendentes que pasaron, la valoraron y apostaron a ella. A ninguno se le ocurrió tirarla abajo porque hubiese sido creada por fulano o mengano. Como es buena, se la apoya, y punto. Es más, la Intendencia de Paysandú no gana dinero con ella, al contrario, hace una inversión muy grande, pero como contrapartida, Paysandú se convierte por unos días en una verdadera capital, donde trabaja desde el que vende un choripán hasta el restaurante y el hotel más lujosos. Y ven los sanduceros -es evidente- que eso es bueno.
Trasladémonos ahora a Salto, con dos ejemplos puntuales. ¿Se acuerda cuando se transformó el viejo muelle en un hermoso paseo llamado “Muelle Negro”? No hace tanto, fue por el año 2013: hierro, madera lustrosa, bancos, faroles, caminadores…Hermoso realmente. Hoy es un lugar triste, oscuro, sucio, roto, abandonado. ¿Tenemos que creer que nunca hubo presupuesto para su mantenimiento? ¿O será que no se lo quiso mantener porque fue obra de un gobierno de otro color político? ¿En serio pesarán tanto esas cosas? Cuesta creer, pero…
Otro ejemplo. Años 2013 y 2014, la Intendencia de Salto, específicamente el Departamento de Cultura con Leonardo Garet como Director, donó alrededor de 12.000 libros. Los recibieron los más variados centros educativos de la ciudad y el interior del departamento, además clubes, salones comunales, bibliotecas barriales, etc. En aquellas localidades del interior donde no había bibliotecas, se crearon “Rincones de Lectura”. No decimos que quienes sucedieron a esa administración hubiesen conseguido un número similar de libros para regalar, quizás no era posible, pero ¿por qué terminar “de un plumazo” con todo ese trabajo y hasta permitir que desaparezcan esos nuevos lugares de lectura que se habían creado con tanta dedicación y esfuerzo? ¿No era acaso algo bueno? Otra vez la misma pregunta: ¿el motivo fue el color político del gobierno que lo había logrado? De no creer.
Ahora algo de nivel nacional. Pensemos en los Centros MEC. Creados en gobiernos frenteamplistas, promovían diversas instancias culturales (talleres, cursos, proyección de películas, presentación de obras teatrales y demás) en todo el territorio de todos los departamentos, algunos a los cuales las acciones de las Intendencias no llegaban, o incluso no habían llegado nunca con instancias de ese tipo. Estoy convencido que había muchas cosas que ameritaba ser corregidas en su funcionamiento, pero ¿no hubiera sido conveniente y necesario entonces, intentar mejorarlos en vez de hacer un total desmantelamiento de ese proyecto? ¿O es que se quiso terminar con ellos solo porque eran una creación del Frente Amplio?
Para ir finalizando, volvamos al problema del agua. Felizmente quedan políticos inteligentes en este país, capaces de ser autocríticos. Lo han demostrado en declaraciones realizadas esta semana pasada, y que confirman lo que venimos sosteniendo. Hablo en este caso de tres políticos del Frente Amplio: los históricos, experimentados y legendarios Mujica y Astori, más Fernando Pereira.
«Huidobro lo tenía muy claro y nos dormimos. Siempre cuando hablamos de presupuesto estamos tirando una frazada para un lado y para otro. Todo el mundo la disputa y a veces le erramos en las prioridades y nos confiamos. Esto del agua lo debimos haber enfrentado mucho antes, pero así es la cosa. Yo cargo con la mía, que otros carguen con la de ellos», dijo Mujica. Es decir, fue honesto al reconocer que se debió haber actuado antes, incluso cuando él mismo fue Presidente de la República, y que, por lo tanto, no es toda la culpa del gobierno actual.
Pero a su vez, consultado respecto a cómo se supera esta dificultad dijo: «Esperando la lluvia». Qué raro que quienes se burlaron de Álvaro Delgado (tratándolo irónicamente de “filósofo” por esa frase) cuando respondió exactamente lo mismo unos días antes, ahora no dijeron nada. También expresó Mujica: «El problema es que no nos olvidemos después de que pase la lluvia. Ese es el problema eterno. Del problema del agua se habla porque Montevideo tiene dificultades con el agua”. Y tiene razón.
Vea lo que, por su parte, manifestó Danilo Astori: «…En esa discusión la verdad es que triunfó la tesis del presidente Vázquez, que fue la de realizar el Antel Arena, seguramente con efectos negativos sobre otras posibilidades de inversión que el país tenía, una de las cuales está mostrando consecuencias en este momento, como es el caso del agua…». O sea, lo que dice el ex Vicepresidente y ex Ministro de Economía es que no se tuvo en cuenta el agua con tal de hacer el Antel Arena. Recordemos que Carolina Cosse le “carga las tintas” a Vázquez de haber decidido ese estadio y no alguna represa; Astori entiende que fue ella quien convenció a Tabaré. En fin, poco importa eso a esta altura de los acontecimientos.
En tanto Fernando Pereira aseguró haber perdido la pulseada con la Ingeniera Carolina Cosse, que convenció al entonces Presidente Tabaré Vázquez de retomar y finalizar las obras del Antel Arena, sabiendo que eso impediría realizar las obras de OSE. Sí, esas mismas obras en OSE que actualmente la izquierda le reclama a quienes gobiernan hoy.
En definitiva, solo nos resta decir lo que ya fue dicho en líneas anteriores: mientras no entendamos que hay cosas que deben ser Políticas de Estado y no meras cuestiones de un Gobierno de turno, lamentablemente muy poco podremos avanzar.