-Es cierto que Saladero redobló a partir de los 15′ de la recta final, ya con el partido empatado 1 a 1. Es cierto que el equipo de Alejandro Irigoyen fue parte de la consistencia anímica y mandó al córner algunas blanduras argumentales del primer tiempo.
Ese primer tiempo del 1 a 0 transitorio a favor de Ferro Carril, cuando en los 29′ desde Franco Silva, la habilitación a Vargas y el «Toti» apeló a la receta del frentazo.
Pero cuando a Denis Ferreira lo mandan al piso y es penal, para que Barrientos decida, Saladero se convenció que había que jugarse la bata, porque….o ganaba o se acababa el rollo de la historia. Claro, que frente a tanto vuelo rasante de Ferro, sin levantar vuelo, porque además ni Fagúndez resultó el mismo ni Nahuel tampoco, el DT optó por variar.
Errandonea endulzó el paladar ofensivo de Ferro y los tajos en Saladero, supieron la elocuencia misma, mientras Vargas fue generando males y con el «Yaca» Lima como variante también, otro para la misión.
Porque un punta como Vargas, se relame siempre frente en esa trinchera del rival, que llega un momento en que asiste a la pesadilla misma. Con el «Toti», ahí, la presencia es la de un fantasma puntual a la hora del acecho.
CARDONA POR AQUÍ
Y DENIS POR ALLÁ…
Pero en los 37′, Agustín Cardona no tiene mejor ocurrencia como argumento a mano. Manda el pelotazo casi pisando el área grande. La pelota frontal, Denis para volverse toro salvaje y el último toque es una sentencia frente a Jony: el 2 a 2.
Es Ferreira con su imperio estadístico goleador, que a veces no es cosa menor. Pero claro, que en esa cancha de las decisiones, había que ganar el que sea, pero había que ganar.
Fue sobre el final mismo de los 90′. La pelota metida al medio, una tentación y Javier Vargas para la decisión. Había que verlo otra vez, en ese terreno que dinamita desde la loca y generosa búsqueda.
Cuando le llegó la pelota, resolución plena. La simpleza para el toque letal, sin que nadie trunque la trayectoria y menos Agustín Cardona, ya fuera de foco.
Ferro Carril encontró la ventaja. No fue un equipo seductor, pero sacó tajada de la personalidad que no le falta a jugadores autoritarios para el desnivel, mientras en el final se clavó la duda, cuando Jony Fleitas desparramó un rival y pudo ser penal, mientras un par de minutos antes, a Sebastián Pintos le sancionaron una posición adelantada, cargada de dudas.
Saladero se fue con el corazón herido. Fue la última y se vació la ilusión.
No le fue fácil a Ferro ni mucho menos. Pero con Vargas no se puede en ese ámbito de las sensaciones plenas.
Porque hay que verlo. Porque está ahí.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
