Mucho más grave de lo que se supone

Frecuentemente encontramos abejas “perdidas” o “moribundas” y nos parece algo normal y sin importancia, cuando muchas veces es algo grave que debiera preocuparnos a todos.
Es que una afirmación atribuida a Albert Einstein, sostiene que si las abejas desaparecieran a la humanidad le quedarían cuatro años de existencia, debido a que no habría quien realizara la función polinizadora que cumple el pequeño insecto.
Es la situación de las abejas, que cada vez son menos, está seriamente amenazada por los residuos de los agroquímicos, fertilizantes, desmalezadores y otros prohibidos en muchas partes del mundo, pero no en el Uruguay.
De acuerdo a lo que se sabe, los residuos químicos influyen en el mapa genético de las abejas, al punto que el insecto ni siquiera sabrá cómo hacer sus panales, porque desde ya les estamos destruyendo sus condiciones naturales.
Es más, los pocos agroquímicos cuyo uso está prohibido en nuestro país, muchas veces son ingresados al país de contrabando de otros países y usados en las plantaciones, dado que los controles se hacen sólo en los puntos fronterizos por parte de la Aduana Nacional y obviamente éstos dejan mucho que desear…
Hay quienes sostienen que las abejas no son las únicas que polinizan y al respecto debemos señalar que entre las abejas y los abejorros (lo que anidan en el suelo y casi no producen miel), suelen producir la mitad o incluso más de la mitad de la polinización en una zona.
La situación de las abejas y los abejorros demuestra como otras cosas más visibles, que los agentes ambientales no son tomados en cuenta o al menos no con la seriedad y la gravedad que sería necesario.
Nuestro país que gusta promocionarse como un “país natural” sin embargo, las cosas no son tan diferentes. El uso de algunos agroquímicos prohibidos en otras partes del mundo todavía es usual aquí. No estamos seguros que la prohibición sea la mejor salida a la situación, pero si estamos seguros que la situación actual es una de la peores.
Urge hallar una salida aceptable para los dos rubros (apicultura y agricultura), porque tanto uno como el otro son muy importante para los humanos y están relacionados, porque no debemos olvidar que el país también exporta miel.
Quizás el día en que tomemos en serio la cuestión ambiental, podamos sentirnos más cerca de ser el “país natural que promovemos” y este vaya más allá de un eslogan.
A.R.D.