Mucha de la culpa de lo que hoy nos pasa a los uruguayos, está en lo que hemos hecho o aceptado. Nos referimos concretamente al agua dulce. Se decir que las futuras guerras de la humanidad vendrá por al agua y ejemplos de situaciones en las que podríamos hallar situaciones muy cercanas a estos podríamos hallar en Africa o en Asia mismo.
Es que hasta el momento la humanidad toda a considerada que el agua es un recurso natural infinito que Dios o la naturaleza nos ha regalado gratuitamente y por lo tanto la mayoría de los lugares donde existe el agua dulce, generalmente subterránea, se considera a esta como algo autóctono, infinito, una característica del suelo.
Cuando esto escribimos sabemos que estamos escribiendo en contra de intereses poderosos, pero no nos consideremos más allá del bien y el mal. Nos explicamos. La producción del denominado hidrógeno verde, la celulosa e incluso la producción en el país de la denominada fruta “blanca” (peras, manzanas, duraznos) y demás se hace en el Sur del país, requiere de mucha agua dulce, como también la ganadería. Una característica que como hemos explicado que se considera propia de nuestros suelos, pero no se valora como tal.
Pensemos por un segundo si no hubiera agua para el desarrollo de los árboles necesarios para luego producir la celulosa. Pensemos en ¿qué pasaría con las anunciadas inversiones si no supieran que aquí tendrá agua suficiente y generalmente gratuita o muy barata?.
La cuestión está en el manejo que se ha hecho hasta el momento del agua dulce. Es sabido que las clases más pudientes se manejan con perforaciones que si bien hoy requieren de una autorización de OSE, luego pueden sacar toda el agua dulce que haga falta ya sea para sus piscinas o cualquier otro destino.
Nos preguntamos se sabe que en contrapartida hay barrios enteras o familias numerosas que dependen del agua y no siempre pueden disponer del dinero suficiente para comprar un bidón de agua dulce?.
¿Esta realidad es justa? Un cosa muy frecuente es el agua potable para consumir y otra muy diferente aunque no lo entendamos así, es el agua que se derrocha o malgasta.
Como se soluciona esto, no es con impuestos o fijándole un alto valor al agua dulce sino sencillamente prohibiendo todo lo que significa prohibir o derrochar el agua dulce.
Algún día lo entenderemos. Ojalá sea antes de que la propia naturaleza lo haga entender…
A.R.D.
