Home EL PUEBLO impreso AL DORSO “Soy un agradecido de la vida”

“Soy un agradecido de la vida”

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Mayor ® Sergio Acuña

Militar, político, futbolista, músico, hijo, esposo, padre y futuro abuelo sería un esbozo de una lista corta que puede alcanzar a definir apenas los bordes de las fronteras de una vida dedicada al servicio de la sociedad.

1. ¿Dónde nació y en qué circunstancias?

– Mi cédula es de Cerro Largo, de Melo. Mi mamá, mi papá, toda mi familia son de Melo. Mis padres muy jóvenes partieron hacia la capital para buscar nuevos horizontes, gente que nació en campaña. Mi papá ingresó al Ejército como soldado. Y en el momento en que mi mamá iba a tener familia, me iba a tener a mí, mi abuela materna le dice que ella quería que yo fuera de Cerro Largo. Mamá me lleva, me tiene en el Hospital de Melo y después regresa a Montevideo. O sea que toda mi niñez, mis estudios en primaria y secundaria, todo lo hice estando en Montevideo hasta que pasé a San José con destino recién recibido de oficial, y después volví a Montevideo inmediatamente, donde hice el curso en el Instituto Militar de Estudios Superiores habiendo pasado por la Escuela de Armas y Servicios, hice el curso para Jefe, ascendí a Mayor y me pidieron para que viniera como 2° Jefe al Departamento de Salto, resumiendo un poco un periplo largo de 30 años de servicio.

2. ¿Su vocación militar viene de verlo a su padre en el Ejército o por otro lugar?

– Ingresé al Liceo Militar en el año 79, pero todavía no tenía claro si quería ser militar. Hasta tenía, te cuento una infidencia, un conjunto de música que se llamaba “Anhelos”, yo toco la batería y organizamos un conjunto en el barrio, hicimos varios festivales y bailes. Uno de los integrantes, el bajista, tocaba en (Sonora) Cumanacao. Pero me decidí a inscribirme en el Liceo Militar en el momento en que uno comienza a tomar decisiones y ver qué es lo que quería hacer haciendo una proyección a futuro. Obviamente que conocía la vida militar superficialmente por lo que veía de papá. Recuerdo que como me inscribí medio tarde al Liceo Militar, todos estaban con sus uniformes y yo era el último de la fila bien de civil, en aquella época su usaban vaqueros con zapatitos color whiskey, enseguida me pusieron en vereda (risas), me duró un día. Hice el liceo ahí y después pasé a la Escuela Militar, así fue que me recibí de oficial en el año 87.

3. ¿Quién le dio el sable de oficial fue el Presidente Sanguinetti?

– Exactamente, tengo esas fotos cuando me entrega el sable y el despacho, que viene a ser el diploma. Mi primer destino fue San José. Normalmente los alféreces se van al interior, nunca quedan en Montevideo. Pero por mi devoción por lo motores, al año siguiente recalé en lo que era la Compañía de Transportes del Batallón de Infantería 15.

4. Además de un apasionado por los motores, ¿también le gusta el fútbol?

– Sí, sí. Ya estando en el liceo civil, en el militar, en la Escuela Militar, tuve la suerte de integrar las selecciones de fútbol de cada una de esas instituciones. Inclusive, en la Escuela Militar participábamos de lo que era la Liga Universitaria, donde tuvimos una muy buena participación. El fútbol siempre fue para mí algo que me encantó, hasta el día de hoy.

– ¿Siempre de arquero? Me recuerda la letra de una canción de Jaime Roos…

– Sí, siempre tapando agujeros (risas). En el año 89 tuve doble fractura de tibia y una de peroné, y tengo un küntscher, que es un hierro desde la rodilla al tobillo por dentro de la tibia.

5. ¿Su periplo en el mundo de la política comenzó estando en el ejército cuando el entonces Intendente Germán Coutinho le ofrece hacerse cargo del CECOED?

– Es así como arranca mi periplo en esta cuestión, en principio, de la gestión, y después obviamente involucrado en la política. Y digo en principio en la gestión porque cuando Germán Coutinho me propone sumarme al gobierno departamental yo estaba en actividad. Había cumplido mis 3 años como 2° Jefe del Batallón y había pasado con destino a la Brigada de Infantería 3. También me encontraba estudiando para ascender a Teniente Coronel por concurso, como había hecho para ascender al grado de Mayor, y ahí me invitó a acompañarlo en el Comité Departamental de Emergencia. Me llevó un mes y pico decidir en familia, porque yo tenía que pasar a situación de retiro de mi carrera. Me costó tomar la decisión, pero finalmente por una serie de circunstancias accedí, pasé a retiro en febrero de 2011 y ahí fue que me incorporé a la gestión en la Intendencia.

6. ¿Cómo fue la transición entre la vida militar a la civil?

– Después que tomo la decisión de aceptar, estando en actividad todavía en la Brigada de Infantería, fui yendo a la Intendencia por un mes, más o menos, a ponerme en contacto con las cosas que iba a hacer. Si bien es un mundo bastante parecido en lo que respecta a lo que es organización, a la conducción, a la hora de la toma de decisiones, cada uno hace para lo que está preparado. En mi caso, me resultó muy fácil en ese sentido. Evidentemente, tuve una especie de incompatibilidad con la vida militar donde hay una disciplina y un orden jerárquico que se respeta, y en la Intendencia hay personas civiles, no están atados a ningún tipo de disciplina de esas características, y si bien no tuve problemas de que me discutieran las órdenes, sí con el sindicato muchas veces porque yo tomaba alguna decisión y en algunos casos vinieron a plantearme que esa decisión les sonaba a persecución, cosa que estaba lejos de mí, lo que yo quería era solo controlar, porque era mi tarea, porque además estuve justamente en Contralor…

7. ¿Tuvo varias responsabilidades en ese gobierno?

– Si, además fui Director de Desarrollo Social y Director de Servicios Públicos. Como decía, en Contralor tuve alguna diferencia con el sindicato, pero les dije claramente que esa era mi forma de trabajar y que por eso no estaba cometiendo ningún tipo de persecución ni nada por el estilo, simplemente estaba controlando, y ahí se terminaron los problemas. Después políticamente, ya más adelante y como Director de Servicios Públicos, metido un poco en la campaña política, siempre hubo algún chisporroteo con el sindicato, pero como siempre me desenvolví con respeto, no tuve inconvenientes.

8. ¿Cómo fue ese momento en que el Intendente le pide que saque una lista y la encabece?

– Una frase que tuve y que ya no la puedo usar cuando me propuse ir a hablar con la gente, que es lo que hay que hacer para que a uno lo conozcan, escuchar a la gente y plantearle sus ideas. Siempre les dije que yo no era político, que venía de otro lado y que lo mío era diferente, y que lo que quería era establecer una línea de gestión y tratar de lograr que la gente pueda mejorar su calidad de vida en función de las necesidades que iba escuchando y de las posibilidades que tenía en el caso de llegar a lugares de decisión. Al final, creo que tuve una buena participación, porque la lista en la que participamos en dos elecciones, siempre sacamos por encima de los mil votos, que honestamente no es fácil sacarlos.

9. ¿Por qué trajo a Salto a sus padres?

– Los traje hace unos meses, los viejos están con 90 papá y 88 mamá, con algunos problemitas de salud, sobre todo mamá. Los traje conmigo porque considero que los voy a acompañar hasta donde tenga que ser, y quiero que estén lo mejor posible. Tengo que agradecer enormemente a quien es un pilar fundamental que es mi señora, Silvia, que los atiende como si fueran sus padres, y creo que así lo toma porque la conocen desde chiquita. Hace una tarea permanente, mientras yo estoy acá, ella siempre está ahí, se puso al hombro todo y me llena de orgullo.

10. ¿Hijos? ¿Nietos?

– Tengo dos hijos y viene una nieta en camino, te lo cuento en primicia, estamos esperando a María Paz. Estamos muy orgullosos, por supuesto, y la esperamos para setiembre, que todo vaya bien que nazca y que también puedan disfrutarla los bisabuelos, que son tanto o más guriseros que nosotros.

Si me pedís un balance, como toda persona hemos tenido altas y bajas. De todas formas me siento un afortunado en tener todavía a mis padres, a tener una familia, a tener un trabajo, haber podido estudiar y haber podido ser oficial del Ejército, que es el orgullo más grande que he tenido a nivel profesional. Y que a esta altura de la vida a uno le tengan confianza y que lo destinen a lugares importantes, eso también son para mí un orgullo que siempre conservaré y agradeceré. Así que soy un agradecido de la vida.

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