CREDIBILIDAD II. No hay valor más importante para un medio de comunicación y para un periodista que su credibilidad, lo que debemos poner en un mismo escalón con la honestidad. Los periodistas somos personas, que podemos equivocarnos en nuestro trabajo, como cualquiera. No deberíamos equivocarnos, pero pasa. Pero a veces, no se trata de equivocación sino de manipulación de la información. No debería pasar, pero pasa, porque “de carne somos”, me dijo alguien no hace mucho justificándose.
Y algo que me enseñó la práctica del periodismo, es que para criticar a los demás con una opinión (porque las noticias deben ser dadas de manera desapasionada, porque si lleva implícita o notoriamente una adjetivación, ya deja de ser noticia para pasar a ser una opinión, tan válida como la información que se brinda pero pasa a ser una noticia subjetivada), repito, para hacer críticas sobre un tema puntual, antes debemos tener claro que no podemos criticar en los demás lo que uno mismo practica. Eso resta credibilidad a lo que se denuncia.
Es decir, si se va a encarar el trabajo de periodista desde la crítica y la acusación a los demás, hay que tener claro que se debe practicar con el ejemplo y no ser pasible de la misma critica que se está realizando, por aquello de “ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el nuestro”. Por eso un amigo siempre me ha enseñado que para ser un buen periodista antes hay que ser buena persona, porque todo lo demás irá fluyendo naturalmente.
Pero si aun sabiendo eso se acusa a otro de lo que uno mismo hace, termina por descalificar más al dedo acusador que al acusado, aunque se tenga razón, que por lo general no ocurre, porque si se tiene el tupé de acusar a alguien a sabiendas que quien denuncia hace lo mismo, no solo que se debería presumir que lo que se dice carece de veracidad o de ser cierto, se exagera en demasía para que lo que hace uno no parezca la misma cosa. Y eso ya es mentirle a la gente, lo que, repito, resta credibilidad a lo que se denuncia.
Como decíamos al comienzo de esta columna, eso pasa también, aunque no debería ocurrir. Y no solo pasa en el periodismo o en la comunicación, pasa en todos los órdenes de la vida, porque la mezquindad y la miseria, lamentablemente, también son características de la condición humana. “Por eso a veces prefiero a los animales”, me dijo otro amigo.
Lo bueno de todo es que sabemos que los mediocres y malas personas siguen siendo pocas y las mismas de siempre, las que tienen un conflicto existencial urgente que atender, y que por suerte, por más que lo intenten, no lograr prostituir ni contagiar a la mayoría.
Mientras “esos” siguen intentando destruir y tirar abajo el sagrado título de periodista y comunicador, hay otros que han decidido no mirar a los costados y mantener una agenda de construcción de buenos profesionales, incluso trayendo a profesionales de la comunicación de Argentina y de Montevideo para que nos vengan a dejar nuevas herramientas que nos permitan seguir avanzando y superándonos en lo que hacemos.
Es así que este fin de semana, mientras algunos aprovecharon a descansar o a perder el tiempo viendo qué hacemos los demás, otros decidimos participar de un Taller Integral de Radio organizado por la Asociación de Profesionales de la Comunicación, donde participaron 46 comunicadores y estudiantes de comunicación, incluso algunos con una trayectoria de muchos años en los medios, locutores y conductores radiales consagrados en nuestra ciudad que entendieron que el camino es por acá, tratando de ser mejores en lo que hacemos y que todo aporte suma en ese camino.
Hasta la semana que viene…