En cualquier parte del mundo un edificio con la historia del Mercado 18 de julio de nuestra ciudad, patrimonio enclavado en el medio de la manzana con salida o entradas por calle Uruguay, Artigas, Rincón o 18 de Julio sería un atractivo histórico y turístico obligado de los visitantes y orgullo de cualquier pueblo o ciudad.
Lamentablemente este no es el caso, no es un tema de esta administración, es un tema de larga data, que nunca se terminó de resolver, algunas intendencias han puesto mayor o menor acento en su mantenimiento pero no fue una solución definitiva.
El principal problema aparte de su mantenimiento edilicio, es la limpieza del mismo, llámese limpieza diaria de sus galerías o del entorno de sus callecitas, de las cuales dos, aún mantienen el empedrado.
Hoy asoman algunos proyectos para su utilización, que sin dudas traerá voces de apoyo y voces de desaprobación, sin duda un tema que merece el estudio a fondo de posibilidades y no una decisión apresurada.
Silvia Sevrini, profesora de Historia
«Esas calles de adoquines nos ilustran, nos enseñan el pasaje de las carretas, los carros con los productos cuando llegaban. Marcó mucho una etapa de la sociedad salteña»


Silvia Sevrini es profesora de Historia, pero casualmente, su vida personal y familiar está unida al Mercado 18 de Julio desde 1956. Sus recuerdos y anécdotas sirven como un testimonio vivo de una parte importante de la sociedad salteña.
- Su familia tiene historia dentro de la historia del Mercado 18 de Julio por su padre, imagino que de niña pasaría a acompañarlo, ¿qué recuerdos quedaron de esos años?
- Es verdad, mi historia personal y familiar está muy marcada al Mercado, como que mi vida hasta los 28 o 30 años no se entendía sin la presencia del Mercado 18 de Julio. Mi papá, Adolfo Sevrini Balbi, es oriundo de la zona del Barrio Ceibal. Mi abuelo es de origen libanés, que con sus hermanos, en distintos momentos a lo largo del Siglo XX fueron llegando, y se instala en ese barrio que le da un poco el origen al Barrio Ceibal, incluso los primeros ceibos plantados allí fueron plantados por mi abuelo libanés, y mi abuela italiana. Papá siempre trabajó en el ramo de comercio que había establecido mi abuelo, siendo sirio libanés no era raro que se dedicara al comercio. El abuelo se llamaba Antonio Sevrini, y allí tenía comercio de ramos generales, carnicería y demás. En 1956, papá se casa con mi madre, Nina Filonenko, hija de inmigrantes ucranianos, Luca Filonenko y Elisa Guozdick. Al casarse, en parte se independiza del comercio familiar y se instala en un local del Mercado. A papá más que nada le gustaba la carnicería. Tengo dos hermanas, María del Carmen y Estela Maris. Toda nuestra vida, desde niña, la recuerdo muy unida al Mercado. Papá tenía cuatro puestos, dos eran de almacén y dos para la carnicería. Sus puestos estaban en el ala oeste entre lo que es la entrada de calle Uruguay. Ya sobre los 80 termina con el almacén y queda exclusivamente con la carnicería. Era costumbre con mamá, que era una mujer dedicada a las tareas de la casa y al cuidado de los hijos, de hacer una salida todas las semanas al centro a comprar algo que se precisara, pero nuestra salida siempre era salir de casa, pasábamos por el Mercado y de ahí arrancábamos al centro. A la vuelta lo mismo, y de ahí a casa. Si voy a hablar de lo que recuerdo, había una señora que era carnicera, de apellido Siffredo. Estaba también Juan Pablo Sosa, que ahora vive afuera, en el campo. Estaba Kutcher, un señor descendiente de alemanes, que cuando cierran el Mercado se instala en Salto Nuevo donde hubo un hecho muy lamentable porque le entraron a robar y lo matan. Estaba también la carnicería policial, donde la policía levantaba la carne. Había puestos de verdura, me acuerdo de un señor de apellido Sosa, creo que se llamaba Julio, entonces lo asociábamos al cantor de tango. Sobre calle Uruguay, en la esquina, había otro verdulero de apellido Volpi. Estaba también el señor Juan de los Santos, que tenía más bien bar y productos de almacén. En el Mercado se concentraba mucha gente, era natural ir al Mercado, comprar en esos puestos, era la venta fiado, sin ningún tipo de garantía, con la libretita, el cuaderno, se anotaba, la gente cobraba, iba y pagaba sus cuentas. Era así. Iban municipales, servicio doméstico, gente de la enseñanza, maestros, directores para el abastecimiento de las escuelas. Era muy movido.
Estaban algunos personajes que siempre frecuentaban y tomaban el copetín. Más acá en el tiempo, por los 80, se instaló un bar llamado «La Tasca» que quiso utilizar ese ambiente colonial mezclado con algo de español en la decoración, donde se reunía gente de la cultura, iban algunos escritores, algunos profesores de materias relacionadas con la literatura, ahí se encontraban y conversaban. Fue un espacio diferente. Había una pescadería que estaba en la galería exterior. Y ya que estamos en un diario, algo interesante, porque al Mercado llegaban todos los días los diarios que venían de Montevideo en la ONDA, La Mañana, El Día y El País. Todos los canillitas iban a la galería del ala oeste del Mercado a preparar en unas mesas largas de madera los paquetes para luego salir a vender. Mucha gente iba al Mercado a comprar el diario, por ejemplo, mi padre compraba todos los días EL PUEBLO y El País, todos los días se leía el diario en casa. - ¿Qué pasó cuando se tuvo que cerrar y se puso el candado definitivamente?
- Papá ya se había jubilado. Fue un choque bastante grande para los puesteros que quedaban porque el Mercado tenía toda una historia. Fíjese que con números romanos dice cuándo fue la fundación del Mercado, 1868. Tengo entendido que fue donado por los vecinos, que esos interiores de la manzana, de sus fondos, formaron parte de algo que era natural en ese momento, que además fue un poco la continuidad de lo que era el mercado viejo que estaba donde hoy está el Museo del Hombre y la Tecnología, que fue el primer mercado de Salto. Esas calles de adoquines nos ilustran, nos enseñan el pasaje de las carretas, los carros con los productos cuando llegaban. Marcó mucho una etapa de la sociedad salteña, de fines del Siglo XIX y de muy buena parte del Siglo XX. Cuando se comienza a hablar del cierre del Mercado, que en la década de los 90 se va haciendo cada vez más real, como que costaba entender cómo sería Salto sin esa presencia del comercio.
El cierre del Mercado fue muy fuerte desde lo emocional tanto para la persona como para la familia. Papá era el que abría y cerraba los portones del Mercado. Eran portones de madera que se colocaban, se ataban con unas cadenas y se cerraban con candado. Papá iba muy temprano, a eso de las cuatro y media a cinco ya comenzaba su día para preparar más tranquilo los repartos que le pedían el día anterior. Era la época en que llegaban los camiones del abasto a eso de las cinco de la tarde. Recuerdo también una gran movida que generó el inicio de las obras en Salto Grande en 1974, hubo un antes y un después a partir de eso. Los obreros esperaban en Plaza Artigas a los ómnibus que los llevaban a la obra en Salto Grande, se los veía sentados uno al lado del otro, todos con el casco en los pies. Y cuando venían los ómnibus con los que traía, era ir al Mercado a tomar algo, a comprar las cosas para irse a la casa. Son recuerdos bien lindos.
Margarita Siffredo, hija y hermana de comerciantes del Mercado, evoca una época de “auge impresionante”
Se lamenta por el actual “estado deplorable” del lugar.

Conversar con Margarita Siffredo fue entrar en una memoria privilegiada de alguien cuya vida ha estado enteramente vinculada al Mercado 18 de Julio. Habló de un tiempo que podemos ubicar unos 70 o 75 años atrás, cuando siendo niña estaba allí junto a su padre, que tenía carnicería, después su hermano, pero aún después siguió viviendo en el entorno del Mercado: era su casa por calle Artigas y actualmente vive en Uruguay, a una cuadra y media. Lo que sigue es parte de la amena conversación mantenida:
-Háblenos de la relación de su padre con el Mercado.
Mi padre fue Ángel Siffredo, tenía carnicería en el Mercado hacia el frente, o sea hacia el lado de calle Uruguay. Él empezó con Devoto, después Devoto le vendió la carnicería y quedó como dueño. Nosotros éramos niños en esa época, por eso estoy hablando de hace 70 o 75 años, que fue el momento de esplendor…
-¿Qué recuerda del entorno de la carnicería?
Enfrente a la carnicería de él estaba la carnicería de Del Valle y a un costado estaba Ibáñez con verdulería. Más adelante hubo una gran reforma del Mercado que hizo el intendente Armando Barbieri. A partir de ahí vino por ejemplo Andrés de los Santos, un hombre al que le faltaba un brazo, por eso era muy conocido como el “Manco” de los Santos, pero para trabajar era una cosa impresionante, para armar paquetes, para cargar casilleros, tanto que mi tío Juan Siffredo, que fue con quien quedamos nosotros cuando falleció papá (ella tenía 11 años), decía: “¡Dios te libre lo que sería este hombre si hubiera tenido los dos brazos!”. Al lado también estuvieron los Balbi, con la verdulería, después vino un tal Sosa. Más adelante vino Sevrini, después Kutscher… Había también un matrimonio con un almacén.
-Más adelante también su hermano tuvo carnicería…
Sí, cuando se reformó el Mercado mi hermano también puso puesto, más sobre un costado, porque la carnicería de mi padre era hacia el frente y la de mi hermano más para 18 de Julio.
-¿Anécdotas que recuerde de usted estando allí, sea en el comercio de su padre o de su hermano?
Recuerdo que calentaban agua en un tacho de 20 litros, allí se ponían las patas de los animales y se golpeaban contra la vereda misma. Pienso que mi padre nunca compró sierra por miedo, porque antes había trabajado en la carpintería de Derrégibus y se había cortado todos los dedos. Estoy hablando de sierras a mano. Me acuerdo que yo me quemaba las manos en aquellos tachos, pelábamos mondongo para vender. Todo hecho a mano. En verano por ejemplo salíamos a vender, incluso lengua, sesos. Mis hermanas mayores hacían ravioles con relleno de seso…
-Y el movimiento se dice que era siempre muy intenso…
Era un movimiento impresionante. En la carnicería de mi hermano, el fierro donde se colgaban los ganchos con la carne quedó doblado de tanto peso, vendía impresionante. Además, por ejemplo de los Santos tenía almacén y bar, entonces no se imaginan el auge impresionante que era, el bullicio, todos los que cobraban de la Intendencia iban a tomar ahí y a comer fiambres, picadas. Mi tío Juan miraba aquello y decía: “esto no es verdad, esto es ficticio”.
-¿Qué recuerdos tiene en cuanto a los vecinos del lugar?
Vecinos de toda una vida. En la esquina hacia 18 de Julio recuerdo la pensión de los Cambrá, también recuerdo a Santa Merazzi de Pensotti, a los Popelka, de toda una vida, que ahora vive allí Carmen Popelka. Donde está la oficina de Turismo estaban Luis, Alberto y Diego Merazzi, eran los que tenían venta de repuestos de autos, al lado era la casa de familia pero en la esquina mismo era el comercio, ah…y por calle Rincón tenían la herrería, y yo recuerdo la fragua, ¡cómo se trabajaba allí!, con los Rognoni, los Espinosa…y en la bajada mismo que sale a Rincón tenían taller de autos. Después estaba Peñalba, el que tenía una juguetería donde está ahora la tienda Blue Glass, sacaba todos los juguetes afuera, trabajaba mucho. Al costado estaba la salida de las señoritas Olarreaga, que vivían por Uruguay y tenían un garaje que salía ahí en el Mercado, hablo del Dr. Olarreaga, médico, padre de Ma. Irene, de Ma. Isabel… También recuerdo a Chela Galvalisi, a Arnaldo Azambuja, a los Avellanal… los Dalía, que hacían viandas. Gran recuerdo también de la casa de Don Juan Gutiérrez, una casa enorme que daba al callejón del Mercado, casa que tenía en el jardín unas estatuas de las cuatro estaciones; recuerdo la señora de Juan, hermosa mujer, que debe ser bisabuela del Presidente de la República, Adela Herrera. En un momento vinieron los Varese, dueños de la joyería, doña Olimpia, que cuando Barbieri hizo la reforma, recuerdo que mi hermano pidió para hacer una churrasquera sobre el lado de Varese y ahí se hacían unos asados enormes, venía todo el mundo a comer…
-¿Algún otro recuerdo que le haya quedado por ahí, ya sea de gente o de los servicios, o de la parte edilicia?
Hay muchos…(piensa). Recuerdo algunos funcionarios de la Intendencia que fueron Jefes del Mercado, como Pignataro, Verme, Bordagaray. Otra cosa que me acuerdo es que en el medio había una balanza para controlar el peso de las mercaderías y afuera, saliendo hacia el lado de calle Artigas había una cabina telefónica con un teléfono público, en esa cabina recuerdo a Don Comini.
-¿Qué piensa cuando ve el estado actual del Mercado?
Pienso que está en un estado deplorable y que eso no puede ser, con todo lo que fue y lo que significó el Mercado, no puede ser que lo use gente hasta para dormir.
-¿Se le ocurre alguna solución?
Tal vez se podrían poner portones, hacer un cerramiento, sé que hay gente que vive ahí y tiene que entrar, pero podrían tener una llave.
Jorge Núñez dice que el Mercado «es un lugar de pueblo, con
olor a pueblo… allí se sigue oliendo pueblo y emprendedores»
En 2015 proyectó un espacio cultural con plaza de comidas

Jorge Núñez se define ante todo como un emprendedor. Se dedica al rubro gastronómico y se encuentra actualmente al frente de Clementina Pizzas. Pero en el año 2015, apenas había asumido el mandato el intendente Andrés Lima, presentó un proyecto para revitalizar el Mercado 18 de Julio con la instalación de locales gastronómicos. Ese proyecto de Núñez, según explicó a EL PUEBLO, fue inmediatamente archivado y nunca se lo tuvo en cuenta. Así transcurría parte del diálogo con el empresario:
-Cuéntenos cómo surge la idea de presentar ese proyecto y en qué consistía.
En ese momento yo estaba regresando a instalarme en Salto luego de 30 años viviendo en el exterior. Veía y sigo viendo un potencial explotable turística e internamente, ya que no hay en Salto hoy un lugar con un atractivo múltiple para parroquianos y turistas, un lugar donde pueda funcionar gastronomía, música, artes plásticas, artesanos. Esto debería ser un paseo que funcionara de viernes a domingos. Y debería ser totalmente desmonopolizado; con cuatro oferentes gastronómicos diferentes, que se controle el tema precios y que a la vez no cree competencia entre ellos. Uno de pizzas, uno de parrilla, uno de pastas y uno de comidas rápidas como hamburguesas, chivitos, etc. Los mismos serían ubicados en cada una de las esquinas interiores del Mercado para no alterar su fachada.
En lo que sería el centro del Mercado, como en sus galerías externas, mesas y sillas de uso común, cuya provisión sería negociada con una empresa a cambio de exclusividad de su marca. En el ingreso por calle Uruguay, una feria de artesanos salteños donde comercializar sus productos; en el interior del Mercado un escenario para números contratados o artistas emergente que quisieran mostrar su arte; destinar dentro del Mercado espacios a una exposición dinámica de artes plásticas, de salteños que puedan vender sus obras. Estoy seguro que también se podría vincular con el proyecto a la Fundación Salto Grande. Y creo que este proyecto podría generar cientos de puestos de trabajo, directa e indirectamente, porque fue hecho pensando en muchos actores sociales y emprendedores. Si este proyecto fuera de un solo inversor sería un fracaso total, en el Mercado no hay lugar para eso. Es un lugar de pueblo, con olor a pueblo. Siéntate un día en sus veredas y cierra los ojos, allí se sigue oliendo pueblo y emprendedores. El proyecto sería totalmente autosustentable, ya que cada oferente tendría que abonar un dinero según su espacio utilizado. Este dinero sería utilizado para el mantenimiento del lugar. No estoy de acuerdo en las concesiones gratuitas de ningún espacio público. Lo que es gratis no es valorado. Entre todos siempre se puede. Eso era el proyecto, que jamás pasó por puerta de entrada ya que fue entregado en mano al señor intendente.
-¿Por qué cree que no prosperó su iniciativa?
Cuando faltan las razones sobran las excusas… Nada es posible en el Mercado sin un acuerdo social, donde deben estar incluidos además del poder político de turno, artistas plásticos salteños, artesanos salteños, emprendedores…
-Finalmente, ¿una opinión sobre cómo ve al Mercado 18 de Julio hoy en día?
Creo que el Mercado es una fatalidad a la historia. Creo que también el poder que lo rodea, llámese profesionales o familias con poder o tradicionales que usan sus calles para accesos a sus casas o garaje, son parte del abandono de este sitio histórico. Pero sigo soñando un día volver a ver ese Mercado lleno de pueblo, dejando atrás la desidia y el abandono que vive hoy.
Dr. Andrés Lima – Intendente de Salto
“La idea es poder recuperar un lugar histórico y emblemático
para los salteños, como lo es el Mercado 18 de Julio”
El intendente de Salto, Dr. Andrés Lima, manifestó su deseo de que el Mercado 18 de Julio vuelva a ser un punto de encuentro para los salteños en particular y los turistas en general, por el valor histórico que dicho lugar tiene.
La comuna efectuó un llamado a licitación para aquellos interesados que deseen invertir en el lugar, con la idea de transformarlo en un espacio cultural y gastronómico de nivel, que sea un nuevo e intenso atractivo tanto para los lugareños como para los visitantes.

CENTRO CULTURAL Y GASTRONÓMICO
La idea es poder generar una propuesta cultural y gastronómica; es decir, aprovechar ese lugar para generar una propuesta que incluya por un lado el desarrollo gastronómico, y por otro lado un espacio donde se da la posibilidad de plantear actividades culturales, de los artistas, los músicos o cualquier otra expresión cultural que, también tenga un lugar donde poder expresarse.
Deseamos que, esas dos propuestas, la gastronómica y la cultural, motiven a aquel turista del resto del país que viene a Salto, a ver el Mercado 18 de Julio como un atractivo más; y, al mismo tiempo, que para el salteño que vive en la ciudad, también sea un lugar de paseo, de esparcimiento, de recreación, de ocio, de estar con la familia.
Queremos generar un espacio aprovechable, por eso, tendremos en cuenta lo que son las entradas, mejorando los accesos al Mercado, para lo cual estará trabajando el Departamento de Obras de la Intendencia, porque, reitero, la idea es poder recuperar un lugar histórico y emblemático para los salteños.
LLAMADO A LICITACIÓN
Hemos decidido llamar a licitación y así se hizo en base a lo comentado anteriormente. Teniendo en cuenta que estamos hablando de un edificio que es patrimonio, la licitación reúne algunos requisitos, como por ejemplo, desde el punto de vista arquitectónico, el no poder tocar la estructura del Mercado en ningún aspecto, constituyendo, diríamos, el primer requisito, ya que respetamos la legislación que estipula la salvaguarda de esos lugares, y en eso, haremos cumplir a aquellos empresarios que estén interesados en esta iniciativa.
Después, también hay requisitos en cuanto al tiempo de la actividad, en cuanto a algunas contrapartidas que se van a estar exigiendo, que se van a estar solicitando vinculadas al embellecimiento y al mantenimiento de toda la zona, de toda la manzana y, a su vez, del pago de un canon, que constituya un ingreso a la Intendencia para volcarlo a favor de las distintas actividades del ABC: calles, alumbrado., recolección.
TURISMO
Esto se enmarca en la política turística impulsada desde la Intendencia, que busca la recuperación de espacios públicos, históricos, y el impulso desde el punto de vista comercial, también.
Por eso la propuesta pasa por lo cultural y por lo gastronómico-turístico. Eso viene dado ya, por la decisión que se tomó al inicio de la administración, de que, tanto cultura como turismo, estuviesen en una vinculación permanente, constante.
Entendemos que, en este siglo XXI, una actividad va de la mano de la otra, y tanto es así que está estipulado en el llamado a licitación, tanto el desarrollo gastronómico o empresarial, el desarrollo de propuestas turísticas, el desarrollo de propuestas culturales que, entendemos que se complementan y atraen unas a las otras, tanto para el turista, como para el salteño y que añora otros tiempo en que, el Mercado 18 de Julio, brindaba otros servicios que, desde hace muchos años ya no lo hace.
INVERSIÓN
El Mercado se encuentra en buenas condiciones, se lo ha venido manteniendo, tratando de preservar. De todas maneras, las reestructuras no edilicias, reitero, es un edificio amparado por ser histórico, correrá por parte del operador, del empresario, del inversor que gane la licitación, dejándose en claro que, las mejoras que se realicen -naturalmente, respetándose lo que es el patrimonio y los límites que se tiene por lo antedicho-, todas quedarán a beneficio del Mercado, de la Intendencia y del pueblo de Salto.
Pablo Williams – Edil Partido Nacional
«Analizando el tema vimos que se contaba con muy poca información sobre el llamado a licitación para gestionar el Mercado 18 de Julio»
Tras el receso de la Junta Departamental, vuelto el trabajo legislativo en el deliberativo local, ediles de la Lista 180 del Partido Nacional, Pablo Williams y Susan Saravia, realizaron un pedido de informes que refiere al llamado a licitación abreviada para gestionar el Mercado 18 de Julio.
Williams dialogó con EL PUEBLO, manifestando que el espíritu de dicha solicitud de información, procura solamente tener conocimiento de las bases en las cuales se respaldara la explotación de uno de los edificios más emblemáticos de nuestra ciudad, resaltando que, todo lo que contribuya a la mejora y a la preservación de lugares de dicha índole, son bienvenidas, pero, debiéndose conocer el cómo, cuándo.

PEDIDO DE INFORMES
Salto, 12 de febrero de 2021.
Sr. Presidente de la Junta departamental de Salto.
Mario Furtado.
Presente:
Los ediles abajo firmantes, amparados en el derecho que nos asigna el Art. 284 de la Constitución de la República, Art. 77 Literal D, del decreto Nº 6376/08 (Reglamento Interno), y Art. 16 de la Ley 9515, remite el siguiente pedido de informes para ser elevado al Sr. Intendente de Salto, Dr. Andrés Lima.
Al Señor Intendente solicitamos se nos informe los siguientes puntos:
Relativo al expediente Nº 3227 / 2021 caratulado «LICITACIÒN ABREVIADA PARA GESTIONAR EL EX «MERCADO 18 DE JULIO» DE LA CIUDAD DE SALTO.»
Por cuáles medios se dio a conocer el mismo.
- Cuál fue el criterio para fijar la base de precio del arrendamiento.
- Por qué se definió el uso del mismo principalmente para servicios de gastronomía y no se abrió la posibilidad de plantear por los interesados otros usos.
- Si a la fecha ha habido interesados que han adquirido el pliego.
Sin otro particular, saludan atentamente: Pablo Williams y Susan Saravia. Ediles Partido Nacional.
MERCADO 18 DE JULIO
En principio, realizando una búsqueda en la página de la Intendencia, dimos con el llamado a licitación, alrededor del mes de diciembre. Allí empezamos a investigar un poco sobre el tema, y lo que notamos es que había muy poca información del mismo, y, en realidad, con los medios con los que hemos mantenido contacto, nos manifestaron que no estaban al tanto de que se hubiera realizado ese llamado.
Siempre que encaramos un trabajo de este tipo, lo primero que asumimos es que pudo haber sido una falta nuestra el no habernos informado al respecto pero, hasta el momento, ninguno de los medios nos confirmó, de que se estuviera al tanto del llamado. Eso fue lo primero que nos llamó la atención.
Después, lo que se pretende hacer, y creemos que el llamado tiene buenos valores, se refleja en que el llamado hace mucho hincapié en lo que es el cuidado del Mercado 18 de Julio, en su parte edilicia como patrimonio histórico, lo cual nos parece correcto. Pero, lo que nos llama la atención, es que se hace un llamado para gestionar el Mercado, donde, la persona o empresa que se presente, tiene que ser del rubro gastronomía u ofrecer servicios de gastronomía en el lugar, complementando con una actividad cultural.
En realidad, cuando nosotros analizamos el llamado, vimos, reiteramos, que tiene elementos de valor; pero, al mismo tiempo, creemos que, un espacio público como el Mercado 18 de Julio que es netamente cultural, capaz, debería haber tenido un llamado a licitación un poco más abierto, donde gente más relacionada con la cultura gestionara el espacio, y donde, los espacios de gastronomía pudieran ser anexos a lo que es la parte cultural, que nos da la impresión que es cómo funcionan en realidad ese tipo de espacios.
Con esto no decimos que no haya gente del rubro gastronómico que no pueda gestionar un área cultural; pero parecería que no es lo idóneo.
Entonces, en función de eso fue que realizamos el pedido de informes, porque nos interesaba saber en primera instancia a través de qué medio se había dado a conocer el llamado, el por qué se había restringido al rubro gastronomía y no se había hecho un llamado abierto, que nos parecía que podía llegar a obtenerse ideas más interesantes; y, lo tercero, fue en qué bases se habían respaldado para determinar el precio base del arrendamiento en función de la importancia del lugar y del edificio que se iba a utilizar.
NO HAY PROPUESTAS CONOCIDAS
En el momento tenemos entendido que no hay propuestas conocidas, proyectos con dicho perfil que se quieran llevar adelante. En realidad, el llamado vencía en estos días, o sea que, recién en estos próximos días sabremos si alguien se presentó cumpliendo las condiciones como para comenzar a gestionar el lugar una vez accedida la licitación.