Estamos casi al comienzo de una de las épocas más “fuertes” para el turismo local. Este año la gran competencia será el vecino país de Argentina, destino preferido a esta altura por la mayoría de los uruguayos que piensan viajar.
Salto ha apostado mucho al turismo, pero tiene por lo menos dos cuellos de botella. El primero de ellos es que prácticamente todas las posibilidades que conocemos giran alrededor del agua termal y como recurso finito que es, no sabemos hasta cuando existirá esta, ni cuál es la situación actual.
El segundo desafío es lograr atraer no sólo un turismo de los fines de semana, como el actual sino un turismo permanente, de descanso que no permanezca sólo de tres días en el lugar.
Siempre hemos sostenido que hay dos cosas incompatibles. Uno el denominado “turismo social”. Dirigido a la población salteña, que paga su boleto de ómnibus, su entrada favorecida y pasa el día en el lugar para luego volverse a la ciudad. Para nosotros es equivocado considerar que la venta de entradas a Termas del Daymán es un buen indicador de la cantidad de visitantes, precisamente por esta razón.
Si escuchamos a quienes tienen inversiones en esta área en Daymán, señalan que no puede considerarse turistas a quienes pasan el día y luego se vuelven, que es la gran mayoría. No es turismo, quien no consume en los restoranes del lugar y se hospeda en los hoteles u otros lugares de hospedaje.
Siempre hemos sostenido también que el desarrollo del turismo no se lograra mientras la dirección de mismo esté en manos de alguien “simpático”, “amable” y de buen carácter, porque no es éste su papel. Lograr el desarrollo del turismo, significa estar preparado, tener planes inteligentes, auspiciar la permanencia del lugar y sobre todo aprovechar los recursos naturales con que nos ha privilegiado Dios, o la naturaleza para explotarlos sin afectar su permanencia.
Para lograr esto, debemos comenzar por cambiar nuestra cultura, nuestras acciones y mostrar al visitante un verdadero interés el desarrollo del lugar.
Por otra parte el denominado “turismo social”, también tiene posibilidades, porque no debemos olvidar que existe en la ciudad un pozo termal hoy tapiado y que sepamos nada aporta ni a los salteños ni a los visitantes.
Pero pensar que ambas cosas son compatibles es un error, como lo es también pensar en lotear los alrededores de Daymán, porque para nosotros significaría la muerte de las posibilidades de centro termal, pero este es otro tema del cual volveremos a hablar.
A.R.D.