
En los últimos años,el Dr Jorge Da Silveira había asumido determinadas actitudes, que implicaron juicios públicos desde el más grueso calibre. No se trata ahora de sumar desde la cronología esas situaciones. A través de las redes sociales, no tantos años atrás, el destrato hacia Da Silvera fue brutal y amenazas que no faltaron hacia su persona.
De lo que no hay dudas es que a partir de entonces, su postergación fue ineludible e inevitable «en los grandes medios». Su relegamiento fue considerable, en la medida que la biología le fue pasando factura, y la enfermedad fue minando su salud.
Sugestivo o no tanto es que algunos portales capitalinos, algunos de ellos de notoria y popular resonancia, no enfatizaron en el fallecimiento del periodista. No hubo siquiera la básica información respecto a su muerte. Para algunos colegas, la muerte del «Toto» pasó de largo.

Esa muerte para algunos colegas, sobre todo los más notorios (o más o menos notorios), simplemente no existió.
Mientras que los memoriosos del periodismo deportivo del Uruguay, seguramente admitirán con sobrada elocuencia y sin subterfugios, que se murió un emblemático del oficio.
Por más de 50 años, el «Toto» lo fue. Aunque mal les pese a quienes aún en estas situaciones, se prolongarán fieles, a la más miserable e inhumana mezquindad.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-