Salto suele dar que hablar cada tanto, o bastante seguido en realidad, por algunos «fenómenos».
Fíjese Cavani y Suárez nomás.
Que en un momento dado, dos de los cuatro o cinco mejores delanteros del fútbol mundial sean nacidos en esta ciudad de 100.000 y pocos habitantes, es un fenómeno, sin dudas.
Y en la política también hemos protagonizado fenómenos. Y lo seguimos haciendo.
En otras áreas también, pero de políticos hablaremos hoy.
Permítanos, estimado lector, escribir las siguientes líneas como pensando, casi que divagando libremente, como dejando fluir el pensamiento para que vaya cayendo en la página.
Así como Víctor Lima (¡hablando de fenómenos! ¡y de Lima encima!) gustaba «cantar como jugando»…Así mismo.
Pero partiremos de tres (de las cinco o seis) acepciones que la Real Academia Española otorga a la palabra Fenómeno:
- «Cosa extraordinaria y sorprendente».
-«Persona sobresaliente en su línea».
-«Muy bueno, magnífico, sensacional».
Observando la realidad política de Salto hoy, una cosa resultaría muy llamativa si alguien la mirara desde afuera, sin conocer muchos detalles.
Es algo que bien podría considerarse un fenómeno digno de ser estudiado en profundidad por alguna disciplina específica, vinculada seguramente a las Ciencias Sociales y Políticas.
Y es esto: hay dos hermanos, Lima de apellido. Uno tiene un cargo departamental: es Intendente; y el otro un cargo nacional: es Diputado. Sin embargo, el Intendente (cargo departamental) cada día gana más espacios en medios de comunicación de alcance nacional y el Diputado (Representante Nacional) cada día gana más terreno en los medios locales, de acá del departamento de Salto mismo.
Desde el punto de vista de la lógica ¿es medio raro, no? Hasta medio contradictorio puede parecer.
Pero claro, si usted es de acá de Salto de repente y conoce un poco las cosas más de cerca, la explicación es muy fácil encontrarla. El Intendente necesita ser conocido en todo el país, porque aspira a un cargo nacional, concretamente quiere ser Senador, y después incluso seguir su carrera política (¿candidato a Vicepresidente de la República?, ¿a Presidente?), en tanto el Diputado necesita que se lo conozca en todo el departamento porque aspira a ser Intendente. Eso es evidente, «más claro échele agua» se diría popularmente.
¿O no?
Ahora bien, esta actitud de estos dos políticos, abogados ambos, hermanos, tiene detractores y defensores. Tiene gente que los aplaude y gente que los critica duramente, insistimos: por esa actitud de andar todo el tiempo mostrándose ante cámaras fotográficas o filmadoras…(solo en esta semana que pasó, el Intendente de Salto estuvo al menos en dos programas de televisión de los que van de mañana en los canales privados de Montevideo).
¿Cuál es nuestra opinión? Que Andrés y Álvaro son personas muy, pero muy inteligentes.
Lo que hagan con la inteligencia es otra cosa y cada uno podrá opinar sobre ello.
Pero no se puede dudar que son muy inteligentes.
Gente cercana al Frente Amplio nos ha dicho, por ejemplo: «mirá que son muy autoritarios, mirá que para que dos hermanos se ubiquen con tanta facilidad así en los cargos que quieren, y tan rápidamente, es porque han ido desplazando muy autoritariamente y de forma injusta a otros compañeros y entonces se imponen ellos». No dudamos que pueda ser así, pero también tenemos que decir, que para que alguien se «imponga» de esa manera que dicen, tiene que haber gente que les permita «imponerse».
Si hay un par de políticos tan autoritarios dentro de su partido, tiene que haber gente que baja la cabeza y acata todo.
Entonces, capaz que hay varios culpables de eso que se critica, ¿no?
Lo que sí nos parece que merece crítica, es que políticos como ellos (y hay varios más y en todos los partidos), adelanten tanto las campañas electorales y se dediquen claramente, evidentemente, casi sin disimulo ninguno, a hacer campaña política en vez de dedicarse primero a ejercer bien el cargo que tienen ahora, ese para el que la gente los eligió ahora, y para el que, por lo tanto, pidieron el voto la elección pasada. Es decir, el Intendente tiene que estar más acá en Salto, más entre nosotros, y el Diputado más en el Parlamento haciendo cosas para Salto desde allá. Fíjese que el Diputado Lima hasta se hace propaganda entregando ropa a funcionarios municipales de localidades del interior del departamento, ¡cuando es una obligación hacerlo!, pero además, no una obligación de él, él no tiene nada que ver, una obligación de la Intendencia, en todo caso de su hermano. ¡Un disparate que hasta enojó al propio Presidente de ADEOMS! Al fin de cuentas, por momentos hay un entrevero bárbaro entre los dos hermanos, porque además, ¿el Diputado se sube a los vehículos de la Intendencia para hacer esas recorridas por el interior del departamento? ¿O no?
Pero veamos también el otro lado. ¿Tiene algo de malo que un Diputado por Salto recorra habitualmente su departamento? Y no, sin dudas que no. Por supuesto que usted podrá decir: «Ahhh…pero lo hace porque quiere ser Intendente», o «¿Por qué no lo hacía antes?».
Está bien, estamos de acuerdo.
Pero lo que yo me pregunto es: ¿y los otros diputados por qué no hacen lo mismo o algo parecido? Pienso también: claro, no hacen eso porque están abocados justamente a lo que les estamos reclamando, estar en el Parlamento, allá en Montevideo, haciendo cosas para Salto desde allá. Pero entonces surge también la pregunta: ¿Qué están haciendo? ¿Usted, estimado lector, ve la gestión de nuestros diputados, como diputados por Salto? ¿Usted siente –sea sincero y respóndase-, usted siente lo que están haciendo Esteves, Albernáz o Álvaro Lima por Salto desde el Parlamento? Ya hace dos años que están…. ¿O solo yo no lo veo? Entonces (pareciera al menos) no hacen ni una cosa ni la otra: no traen cosas buenas ni tampoco están mostrándose acá como el Diputado Lima.
En definitiva, se puede estar de acuerdo o no con lo que hacen en sus respectivas gestiones públicas estos dos políticos salteños, abogados, hermanos, de apellido Lima. Pero respecto a su forma de hacer política, a quien no le guste también sería bueno que recordara que hay un dicho popular muy famoso, que es: «la culpa no es del chancho sino de quien le rasca el lomo»… ¿Se entiende?
De nuestra parte, lo que vemos es un montón de políticos llorando como niños por un caramelo: que los Lima esto, que los Lima aquello, que los Lima lo otro…. Mientras que los Lima (insistimos: muy inteligentemente) en todo su derecho, crecen, crecen y crecen, y van cumpliendo sus metas paso a paso.
Y al fin de cuentas, si nadie tiene la capacidad, o las ganas, o el coraje, o la inteligencia… (vaya uno a saber de qué se trata) como para oponerse a sus ideas y modos de obrar, ¡pues vayan a llorar al cuartito! Y si además, la gente respalda con los votos, porque felizmente vivimos en democracia… ¿qué quieren que les diga, a ustedes, a ustedes que viven criticando a los Lima? Y…se me ocurre decirles: vayan y aprendan con ellos cómo se consiguen votos, cómo se hace para tener respaldo popular, y si no, propongan algo diferente.
En tanto si creen que en la forma de hacer política de los Lima hay algo ilegal, entonces denuncien donde corresponda y con pruebas, pero desde nuestra óptica no vemos nada ilegal, sí vemos mucha astucia, eso sí, mucha habilidad, y mucha inteligencia.
¡Fenómeno, con todas las letras!
Contratapa por Jorge Pignataro