La preocupación se planteó sin rodeos a nivel de neutrales y delegados, frente al hecho consumado: a excepción de Sebastián Samit, todos los restantes árbitros de la Liga Salteña que acudieron a la prueba de OFI, no alcanzaron el puntaje básico y perdieron.
La consecuencia es una: no podrán ser tenidos en cuenta para los torneos del Interior a nivel de selecciones, tanto en mayores como en juveniles. Mientras se prolonga el proyecto liderado por Federico Margall y Matías Alsúa (Instructores), más el prof. Emanuel Priario, avalados «para el mejoramiento del arbitraje salteño».
Si es que la única verdad es la realidad….la realidad está ahí. Al alcance de la mano. O la consecuencia misma. Pero la consecuencia misma, ¿de qué?
ESTANDO Y NO ESTANDO
En la última sesión del Consejo Superior, se dijo a manera de síntesis que «en algunos casos o en la mayoría, no existe responsabilidad o compromiso. Que la mayoría es inestable con respecto a las asistencias, tanto a nivel de evaluaciones semanales (autocrítica) o siendo parte del plan físico diseñado a esos efectos».
Sobre el final mismo un delegado de club, marcó como hecho relevante «la ausencia de compromiso de los jueces». Quienes están al frente del proyecto, acentuaron la conclusión que «no tenemos herramientas como para exigir, frente a determinadas razones que nos exponen, sobre todo cuando algunos horarios imposibilitan la asistencia de los jueces».
AL TIEMPO DE ENTRENAR
Con fineza en el manejo de la estadística, Emanuel Priario planteó en el Consejo Superior, algunas situaciones concretas, «porque en el mes de julio por ejemplo, solo 5 de 19 árbitros, completó el 75% en la asistencia. Y los demás,por debajo del 50%».
El «profe» del proyecto se apegó a un convencimiento esencial, «porque los que han participado con continuidad, son los que han mejorado. Hay casos bien concretos: no se adaptan a lo que uno exige. No llegan al test básico».
