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viernes, marzo 7, 2025
EL PUEBLO
Columnas De Opinión

“El CENUR tiene un futuro desafiante en términos de seguir construyendo Universidad, además que comienzan a presentarse desafíos institucionales”

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El 4 de mayo de 1957 se procedía al inicio de cursos universitarios de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República (UDELAR) en nuestra ciudad, lo que fue el puntapié inicial de lo que hoy es el CENUR Litoral Norte. Para recordar ese camino por el que se decidió transitar hace 64 años, conocer en qué está hoy la sede Salto y qué queda por delante, EL PUEBLO dialogó con el Doctor Juan Romero, sociólogo.

  • ¿Qué se recuerda en este momento de aquellos inicios en 1957?
  • Hay dos libros muy interesantes de María Eugenia Young y Vania Markarián sobre la historia de la UDELAR en el interior, la primera etapa de 1905 a 1973, y la segunda del 73 hasta la época contemporánea. Los dos textos toman períodos bisagras de lo que fueron los primeros años de los cursos de Derecho del año 57, porque en realidad, por lo que estas historiadoras presentan, la Facultad de Agronomía ya había tenido algún tipo de inserción en el medio con la Estación Experimental de San Antonio, y posteriormente en Paysandú. Había ya un clima universitario en ese aspecto por la cuestión agronómica. Pero en los 50, estuvo todo el debate en la opinión pública sobre la Ley Orgánica de la UDELAR, y toda esa efervescencia generó una serie de reclamos desde el interior. Salto en aquella época tenía una vida cultural e intelectual mucho más despegada que la actual, en líneas generales, y había un clima por generar una universidad en el medio.

Se hizo entonces una serie de gestiones, y con mucho esfuerzo y apoyo por parte de la Intendencia de la época e incluso de los mismos alumnos que organizaban eventos, ponían plata de su bolsillo para pagar los pasajes de los profesores, se iniciaron los primeros cursos de la Facultad de Derecho en carácter de libre los estudiantes, y los docentes venían como a prepararlos para el examen que tenían que dar.

Durante los 60, el Rector Oscar Maggiolo generó una reforma muy importante al interior de la UDELAR, lo que implicó comenzar a pensar a la UDELAR en términos de país. Esto lo retoma Cassinoni, y ese plan de gobierno universitario se comienza a desarrollar en un contexto de país más complicado, con más convulsión social, con menos recursos.

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A partir del 73, que diríamos es la segunda gran etapa que María Eugenia Young señala en sus libros, se establece en calle Artigas 1251 y en acuerdo con la Diócesis de Salto, una sede que se alquila y donde se comienzan a desarrollar los primeros cursos de Extensión Universitaria. En esa casa se hacen los primeros llamados a concurso de Director, que terminó siendo el Arquitecto Rodríguez Mussmano, con un par de secretarías que apoyaban la tarea administrativa. Fue todo muy pequeño y casero, pero ya dejan de ser cursos con empuje local y mucha voluntad, a ser recursos universitarios institucionalizados que comienzan a instalarse en el territorio.

Esa experiencia termina siendo cortada por el golpe civil y militar del 73, pero llamativamente, más allá que fueron destituidos el Director y sus funcionarios, se establecen interventores militares que intentan promover la instalación de algunas carreras. Es así que comienzan las carreras de Agronomía, Veterinaria, Ingeniería, Ciencias Económicas, Arquitectura y Derecho. Con el retorno de la Democracia, ya con Samuel Lichtensztejn como Rector al retorno del Estado de Derecho, por el año 85 u 86 en Tacuarembó, hay un evento muy importante en donde la UDELAR fue con su Consejo Directivo Central y Extensión Universitaria, donde se establece un plan de descentralización, y es en ese contexto que lo que era la sede Regional Norte de la UDELAR, que tenía un estatuto muy limitado como de Casa Universitaria, se vota un estatuto que pasa a ser de Escuela, lo que le da muchas más potestades, con un presupuesto propio, contratación de recursos administrativos y docentes, etcétera, que fue el gran salto impulsado por el Director de aquel momento, el Escribano Eugenio Cafaro.

A mediados de 2010, en el rectorado de Rodrigo Arocena,

cuando la UDELAR establece un Plan de Descentralización institucional, nos encuentra con una pata más larga y otra más corta, que nos tomó un tiempo acomodar…

  • En ese debate sobre la descentralización, ¿fue cuando se planteó la necesidad de construir una nueva propuesta curricular y académica para la sede de Salto?
  • El debate se generó en el sentido de decir que lo que hacemos en el interior, aparte de repetir carreras, hay que generar lo que son los Programas Regionales de Educación Terciaria, que tratan de responder a las características socio económicas del territorio donde está inserta la Universidad. Entonces, ¿por qué hay una Licenciatura de Agua en el Litoral y no hay en el Noreste? Porque acá tenemos una represa que genera casi el 40 y pico por ciento de la energía del país, porque hay muchos accesos de agua, porque la producción agropecuaria, agrícola sobre todo, en el litoral, depende mucho del agua, entonces es necesario formar técnicos en esa materia. Eso se fue discutiendo en cada lugar donde los “cenures” se fueron instalando. En ese sentido, es que se forma parte del Plan de Desarrollo Descentralizador, obviamente respetando lo que ya se estaba haciendo, en el caso del CENUR Litoral, pero generar una respuesta universitaria a las realidades socio económica de cada territorio. Entonces, en el CURE de Maldonado se encontrará una carrera sobre Biología Marina, ¿y por qué ahí? Porque tiene todo un océano a su disposición. En el Noreste, se están pensando carreras que den respuesta a la realidad de frontera seca, cosa que nosotros no tenemos.

Así la Universidad da respuesta con la formación de técnicos profesionales a las realidades donde esté inserta. En el caso del CENUR Litoral, tiene la particularidad de que como ya tenía un historial importante de servicios universitarios instalado, había que tratar de completarlo, pero a su vez, dado a la reforma que ha habido en los últimos 10 a 15 años aproximadamente en la UDELAR, donde las carreras se creditizan, donde los estudiantes pueden tomar materias de otras carreras de su área, etcétera, que eso a veces no se ve de afuera, pero ha habido realmente una serie de transformaciones muy importantes a la interna institucional en la formación del técnico, del profesional, eso nos ha permitido con las carreras que ya estaban, lograr que los estudiantes dialoguen, puedan interconectarse, tomar una materia en Derecho y luego tomarla en Sociales, y viceversa, pero siempre caminando adentro de su área. Que, por ejemplo, un estudiante de Agronomía pueda tomar una materia de Veterinaria. Entonces, esos diálogos, esa formación horizontal, en el CENUR se potencia.

Eso en materia de grado, pero después la formación de conocimiento. Es decir, de investigación científica que dé cuenta de la realidad donde estás inserto como universidad. Y luego está la formación de posgrados, que yo diría es el segundo escalón que tenemos en la formación en la enseñanza, y que acá en el CENUR se comienza a notar cada vez más, la necesidad de tener Maestrías y posteriormente Doctorados que capaciten y cualifiquen mucho mejor a los recursos técnico profesionales que existen. Esa es la realidad de hoy, no basta con terminar la carrera de grado, hay que seguir perfeccionándose.

  • Pese a la pandemia de COVID 19 que tenemos en el país, este año habrá 1300 nuevos estudiantes en el CENUR Litoral, ¿cómo se evalúa esto?
  • Hay algunos servicios que han crecido y creo que la pandemia los favoreció, como por ejemplo, la Facultad de Ciencias, que aumentó un 45% en su matrícula, una cosa extraordinaria, pero claro, los gurises veían virólogos, veían que a Moratorio lo nombraron en la Nature, que el Pasteur con la UDELAR generaron un kit nacional para la detección del coronavirus. Los virólogos estaban en la tele dos por tres, y todos de muy buen nivel, entonces claro, eso generó toda una situación de moda de estudiar esos temas, que nos viene bárbaro, precisamos más gente en áreas tecnológicas. La pandemia generó una exposición de ciertas profesiones, entonces se hicieron más atractivas. En el área de la Salud, por ejemplo, acá la inscripción de Medicina y de Enfermería, creció. El área de la Salud tiene casi mil estudiantes en el 1° año, o sea, todo lo que es el ciclo inicial, que involucra también a estudiantes de Medicina. Enfermería creció acá un 70%.

Por otro lado, diría que es casi matemático, pero cuando hay situaciones de crisis sociales, uno de los indicadores es que aumenta la gente que estudia. Eso pasó en el 2002, 2003, que también aumentó la matrícula estudiantil. Uno mira lo que fue la crisis del 82, y se ve que en el 83 creció también la matrícula estudiantil. Observamos lo que fue la crisis de 2008, que en Uruguay pasó muy por el costado por lo que no hubo tanto impacto, pero también aumentó un poco la matriculación estudiantil. Y este año, también aumentó.

Tercero, y esto ya es más estructural, es que en los últimos 5 años Uruguay viene aumentando la gente que egresa de los Bachilleratos, eso es así y vino para quedarse. Quiere decir que la población uruguaya cada año mejora su nivel de estudio, y al aumentar la gente que egresa de los Bachilleratos, es más gente que puede entrar en la Universidad, no todos, pero la chance aumenta. Eso tiene un límite demográfico, que la Universidad ya lo tiene claro, que de acá a unos 6 o 7 años, eso va a parar porque la tasa de fecundidad que tenemos, apenas suple a la gente que muere, entonces, por una cuestión de evolución de la pirámide demográfica, esa presión estructural va a comenzar a ceder. Y un cuarto punto, que es una hipótesis para ver, es que el CENUR se ha consolidado como opción educativa. Se han dado respuestas a problemas de la sociedad y los egresados que salen de acá consiguen buenos trabajos, y eso los gurises lo comentan.

  • Hablamos del pasado, hablamos del presente, ¿qué queda por decir del futuro?
  • Que el CENUR con más de 10 mil estudiantes, con 800 profesores, con 500 funcionarios administrativos, en el Litoral debe ser la inversión pública más importante después de las intendencias, tiene un futuro desafiante de seguir construyendo Universidad en términos de enseñanza, de conocimiento y de extensión, además que comienzan a presentarse desafíos institucionales. Por ejemplo, nos encontramos en un proceso de departamentalización, o sea, de asentar los recursos académicos que hay en la región.
    Un próximo paso será que esos departamentos conformen institutos que comiencen a dar respuesta con carreras propias y posgrados. El tema de los posgrados es el desafío futuro, de tener Maestrías y Doctorados locales. Una inserción ya no a nivel regional sino internacional, comenzando a ser referentes en algunas áreas. Son desafíos alcanzables, pero a eso hay que acompañarlos con recursos, apoyo social y político.

PERFIL DE JUAN
ROMERO

Casado, tiene 3 hijos. Es del signo de Tauro. De chiquito quería ser como BJ (camionero). Es hincha de Peñarol.

¿Una asignatura pendiente? Mejorar el inglés y llegar al cinturón negro de Kung Fu. ¿Una comida? Asado con vino. ¿Un libro? La Biblia. ¿Una película? El nombre de la rosa. ¿Un hobby? Leer. ¿Qué música escucha? La buena, como Mozart y música china. ¿Qué le gusta de la gente? Que sea sincera, honesta. ¿Qué no le gusta de la gente? La hipocresía y la incoherencia.

Por: Leonardo Silva

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