Las caminos rurales tienen una gran importancia en el desarrollo social, económico y ambiental de las zonas rurales. Son infraestructuras fundamentales que, aunque a menudo pasan desapercibidas, desempeñan un papel crucial para el bienestar de las comunidades y la eficiencia de la producción agrícola y ganadera. Los agricultores y productores pueden llevar sus productos a los mercados más cercanos, lo cual es crucial para su subsistencia económica. El transporte de productos agrícolas de manera eficiente depende de caminos rurales en buen estado. La logística de llevar cosechas frescas a los mercados, o el transporte de insumos para la producción, mejora significativamente con buenas infraestructuras viales. También, los caminos rurales favorecen el desarrollo de pequeñas empresas y cooperativas en las zonas más apartadas, al facilitarles el acceso a insumos y mercados.
Permiten a las personas acceder a servicios como salud, educación y comercio, lo cual mejora la calidad de vida en las zonas rurales, por lo que una red de caminos rurales bien desarrollada conecta las zonas rurales con las ciudades, reduciendo la desigualdad entre ambas áreas. Además, muchas regiones rurales se están convirtiendo en destinos turísticos, lo que genera ingresos adicionales para las comunidades locales.
Son aspectos que hay que tener en cuenta en un departamento como el nuestro, en el cual, lamentablemente, la caminería rural se encuentra en una mala condición, siendo un tema recurrente en las reivindicaciones de vecinos del interior más profundo, que ven en su solución, un mejoramiento, también, en la calidad de vida.