El 3 de diciembre como Día Internacional de las Personas con Discapacidad fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1992. Se pretende que este día las organizaciones de la sociedad civil, las instituciones públicas y privadas, realicen actividades y eventos de forma de concientizar, sensibilizar y visibilizar temas importantes referentes a la discapacidad.

En este sentido, creo pertinente visibilizar uno de los temas que atañen a las personas y muchas veces a quienes tienen una discapacidad, que es el de poner etiquetas. Las etiquetas las generamos nosotros por diferentes motivos, por la forma de vestir, por pertenecer a un partido político, por una profesión o lugar de trabajo, lugar donde vives, por tus amistades, pareja, por tener una determinada discapacidad, por no tener la habilidad para hacer ciertas cosas, entre otros.
Cuando etiquetamos, estamos realizando un juicio ligero hacia el otro, sin mucho conocimiento, de forma bastante superficial, pero ese veredicto puede transformarse por demás relevante en la persona destinataria o el grupo al que pertenece. Muchas veces se usan palabras como etiquetas para desprestigiar al otro, denigrarlo, ya que la actitud en que se la utiliza es de desprecio u ofensa.
En un momento cuando mi niño era pequeño, comencé a preguntarme si debía presentarlo o presentarme como “Irene, mamá de Bautista que tiene síndrome de Down” y terminé respondiéndome que si yo no me presentaba como “Soy Irene y tengo 46 cromosomas”, no era necesario unir a su nombre una etiqueta.
Seguro alguna vez hemos sido etiquetados y hemos etiquetado también, muchas veces se debe a esa necesidad de poder encasillar, lo que es una manera de controlar una situación. Nos lleva a sentirnos en una zona de confort y nos da más seguridad, por eso es que las personas más seguras tienen menos necesidad de etiquetar. Los etiquetadores son personas con muchas inseguridades, con poca profundidad en su hacer, no busca acercarse a las personas que desconocen y aprender. Deberíamos ser capaces de preguntarles qué piensan o cómo son los otros, en vez de ponerles una etiqueta de antemano.
El problema de etiquetar es que luego que pusimos esa etiqueta ya está, no necesitamos ni averiguar, ni conocer, no necesitamos más. O a veces peor, nos alejamos de esas personas etiquetadas porque creemos nos pueden generar situaciones indeseables. Cada etiqueta responde a nuestra incapacidad de lidiar con lo desconocido, con la incertidumbre, lo complejo e inesperado.
La etiqueta toma importancia porque puede abrir o cerrar espacios, puertas, reuniones, trabajos, diferentes formas de estar integrados en la sociedad. Afecta acciones, reacciones y relaciones entre unos y otros.
Hace unos años, una importante compañía de refrescos lanzó una campaña llamada, “Las etiquetas son para las latas”, se la puede ver en youtube y varias páginas de la web. Con esta campaña publicitaria pretendían contribuir a terminar con estereotipos, patrones o modelos que están en nuestro imaginario y que muchas veces no se corresponden con la realidad. En escena se encuentran seis hombres en un espacio sin luz contando lo que hacen, a qué se dedican, temas de sus vidas y la sorpresa está cuando encienden la luz ya que la mayoría se hacía una idea física de la persona según lo escuchado y no correspondía con lo que estaban viendo. ¿A qué persona de las seis piensan podía corresponder o cómo se la imaginan si contó que realiza deportes extremos, paracaidismo y varias actividades de alto riesgo? Pues es una persona con discapacidad motriz que utiliza silla de ruedas.
Es hora de acabar con los pensamientos preconcebidos que tenemos sobre otras personas, ya que cuando emitimos un juicio, o sea colocamos una etiqueta, generamos una realidad que condiciona y afecta a la persona etiquetada. Etiquetar es, una falta de respeto a la persona, a su verdadero ser.
SIN ETIQUETAS
El 3 de diciembre como Día Internacional de las Personas con Discapacidad fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1992. Se pretende que este día las organizaciones de la sociedad civil, las instituciones públicas y privadas, realicen actividades y eventos de forma de concientizar, sensibilizar y visibilizar temas importantes referentes a la discapacidad.
Arq. Ana Irene Barla. Dipl. en Innovación y Creatividad en Educación. Dipl. en Defensa Internacional de DDHH. Dipl. en Diseño de Políticas Públicas. Dipl. en Inclusión Social y Acceso a Derechos.