los becarios son la mejor evidencia del trabajo que hacemos, porque sus logros hablan más fuerte que nuestras palabras
Stella Caputto, presidente del Rotary Club Salto Noreste
Rotary Club Salto Noreste: 20 años de compromiso con la educación
El Rotary Club Salto Noreste celebró una nueva edición del tradicional Salón del Vino Fino, evento benéfico cuyo objetivo central es recaudar fondos para sostener el sistema de becas destinado a jóvenes del Interior con bajos recursos. La presidenta de la institución, Stella Caputto, subrayó la importancia del proyecto que ya cuenta con más de dos décadas de trayectoria y que ha permitido transformar la vida de decenas de estudiantes.
“Hoy para nosotros es una noche muy especial porque estamos concretando el sueño de los jóvenes para el 2026, las becas económicas y de rápida inserción laboral, por las cuales Rotary viene trabajando desde hace más de 20 años”, señaló Caputto. Recordó que durante los años de pandemia no fue posible realizar el evento, lo que generó aún más entusiasmo en la edición actual, que logró agotar 600 entradas con dos semanas de anticipación.
La presidenta destacó el apoyo de empresas, bodegas y marcas locales, así como la confianza del público salteño: “Nos llena de orgullo que el salteño colabore y sepa que todo lo recaudado es para las becas. La respuesta ha sido tan grande que estamos evaluando ampliar el evento el año próximo”.
Caputto también resaltó el trabajo en red con otras instituciones. En conjunto con la CTM de Salto Grande, Rotary organiza un programa educativo que acerca a niños de escuelas rurales a la capital departamental, permitiéndoles conocer la represa, recorrer universidades y descubrir nuevas oportunidades de estudio. “Allí también promocionamos la beca para que familiares o amigos de los niños puedan acceder”, explicó.
La presidenta anunció que la próxima edición del Salón del Vino Fino ya tiene fecha confirmada: será el 25 de septiembre de 2026 en La Calandra, y marcará la 19ª edición del evento solidario.
Miguel Sena: de Valentín al mundo de las relaciones internacionales
Gracias a la beca pude estudiar gastronomía tanto en la UTU como en el IGA, porque me pagaron toda la carrera en el instituto privado
Uno de los testimonios más inspiradores es el de Miguel Sena, ex becario que completó su educación secundaria en el liceo rural de Valentín. Hijo de un capataz y de una cocinera, recibió apoyo de Rotary entre 2010 y 2012.
Tras varios años de trabajo en hoteles y restaurantes, Sena llegó a ser subchef y decidió mudarse a Montevideo, donde encontró su verdadera vocación: las relaciones internacionales.
Hoy es licenciado en esa área y trabaja en el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), vinculado a empresas del Parque de Innovación. Ha realizado cursos en España, y domina varios idiomas. “Soy un licenciado en relaciones internacionales gracias también al impulso de Rotary, que pone mucho énfasis en la educación para el Interior y las zonas rurales”, afirmó.
Micaela: vocación de servicio desde Villa Constitución
La joven Micaela, estudiante de enfermería en Instituto Plus, valoró el acompañamiento integral que reciben los becarios. “No es solo el aporte económico, sino también el seguimiento y el acompañamiento. Te hacen sentir como que tenés unos segundos padres, y eso es muy importante para sostenernos en este camino”, afirmó con gratitud.
Mayra Ruela: sueños de justicia desde Fray Bentos
Entre los becarios actuales, Mayra Ruela destaca por su vocación jurídica. Oriunda de Fray Bentos, cursa tercer año de abogacía en el CENUR Litoral Norte. “Gracias a Rotary tengo la oportunidad de estudiar y de participar en actividades como el Salón del Vino Fino, que hacen posible que sigamos adelante con nuestras carreras”, expresó.
Pablo de Paula: un joven de Quebracho con metas claras
Otro ejemplo es Pablo de Paula, oriundo de Quebracho, Paysandú, quien cursa abogacía y transita su segundo año como becario. “Rotary nos ha permitido a mí y a mis compañeros desarrollar los estudios de una forma acompañada. El aporte del Salón del Vino Fino es fundamental para que estas becas sean una realidad”, sostuvo.
Una inversión en futuro
Las historias de Miguel, Mayra, Pablo y Micaela reflejan cómo el programa de becas del Rotary Club Salto Noreste se ha convertido en una herramienta concreta de movilidad social. Desde los campos de Valentín hasta las aulas universitarias de Salto, jóvenes del Interior logran acceder a educación de calidad y abrirse camino en áreas tan diversas como la abogacía, la enfermería o las relaciones internacionales.
La visión de Rotary, apoyada por la comunidad y las empresas locales, demuestra que la solidaridad puede transformar vidas. Como señaló Stella Caputto, “los becarios son la mejor evidencia del trabajo que hacemos, porque sus logros hablan más fuerte que nuestras palabras”.
