Arq. Daniela Artegoytia Irrazábal – Valencia -España
EL PUEBLO dialogó con Daniela Artegoytia Irrazábal, arquitecta de profesión, que hace varios años se encuentra radicada en la localidad de Puerto de Sagunto, Provincia de Valencia, España.
Desde allí narró de qué manera se vive la cuarentena, en un país que, junto con China e Italia, es el más azotado por la pandemia Covid-19 (Coronavirus).
¿En qué región de España se encuentra y cómo se ha venido afrontando allí el dilema planteado por el coronavirus?
Resido en una localidad ubicada al norte de Valencia. Este pueblo está sobre la costa mediterránea y cuenta con unos 66.000 habitantes. Si bien su origen es de carácter industrial, en la actualidad es un punto del litoral valenciano que en época estival, o mejor dicho, en época de playa, que normalmente son 7 meses desde abril hasta octubre incluido, llega a multiplicar su población por dos. Tiene prácticamente todos los servicios necesarios como para no tener que desplazarse a las capitales más cercanas, con la salvedad de las Universidades y poca cosa más. Uno de ellos es el Hospital Comarcal de Sagunto, que normalmente da cobertura asistencial a toda la población de los 51 pueblos o municipios del norte de la provincia de Valencia. Es un gigantón y un verdadero referente en la Salud Pública valenciana.
En estas circunstancias que estamos viviendo, el Hospital de Sagunto ha estado preparado y equipado con suficiente capacidad de respuesta y de momento no hay problemas de falta de material o de personal sanitario. El gobierno de la comunidad valenciana no fue de los que reaccionó rápidamente con medidas pertinentes, pero el contagio tardó unos días en llegar a la comunidad, y ello permitió movilizar el andamiaje de medidas poniéndose a la altura de los acontecimientos. A nivel local se ha reaccionado bastante a tiempo, y la población ha respondido muy bien. En el día a día, desde que se decretó el confinamiento, igual se percibe una voluntad colectiva de solidaridad que crece también en forma exponencial. Se multiplican las iniciativas empresariales y a modo individual, de crear modos de ayuda a quienes más lo necesitan. Es una verdadera avalancha solidaria que nos reconcilia un poco con la realidad.
Las declaración del decreto de Estado de Alarma del 14 de marzo y los ampliaciones anunciadas con posterioridad, han marcado unas pautas estrictas de confinamiento y respecto a la movilidad de la población. Los últimos datos indican que se están recogiendo los frutos, muy tímidamente pero se empieza a notar. Aunque el número de decesos al día de hoy, es escalofriante, acercándose a los 6.000, las cifras de los informes diarios de contagios han comenzado a bajar y las de pacientes dados de alta a subir.
La comunidad de Madrid en su caso, se ha visto terriblemente desbordada. Con bastante mas 6 millones y medio de habitantes, se vio de un momento a otro con una cantidad de pacientes contagiados que crecía exponencialmente y, también, los que requerían asistencia en cuidados intensivos. Llegó un punto en que no hubo recursos suficientes, ni en capacidad de personal sanitario ni de materiales. El colapso ha sido bestial. Al día de hoy se siguen viendo imágenes dantescas que están recorriendo el mundo. Situaciones monstruosas como la de médicos enfrentados a la terrible decisión de priorizar a quien asistir y a quien no, como en circunstancias de guerra. O la de sacar fuerzas de donde no hay, cuando casi sin dormir y con material improvisado, soportan la baja de compañeros y, aún así, siguen al frente como gladiadores.
Hay que reconocerlo, la reacción fue tardía y por tanto «nos pilló el toro». Si bien es cierto que, como dicen los expertos en estos temas, no hay sistema que pueda estar preparado para afrontar a un enemigo viral de estas características, hay una opinión bastante generalizada y es que los europeos no se han tomado debida nota de lo que estaba ocurriendo en oriente hace tan solo «dos telediarios». Las medidas no se han tomado a tiempo ni con la mano firme que esto requiere. Increíblemente, muchas voces de mando han sido y siguen siendo escépticos. De hecho varios países del norte continúan tomándose el asunto de manera bastante a la ligera.
¿Cuáles han sido, desde su punto de vista, los sectores más afectados hasta el momento?
Todos los sectores se están viendo fuertemente afectados. Uno de ellos el de la enseñanza, no sé cómo lo resolverán, pero es evidente que traerá problemas nada fáciles de resolver.
La pequeña y mediana empresa, por su parte, salvo las de actividades esenciales como la alimentación, farmacias, transporte urbano reducido, y la actividad bancaria también reducida, están siendo víctimas directas de esta hecatombe. También el transporte aéreo, ferroviario y por carretera, quedando activo solo el de mercancías esenciales. El sector hotelero y hostelero está paralizado al 100%. La gran industria, como por ejemplo la automoción y la siderurgia entre otros de los instalados en la zona, se ha visto afectada de manera progresiva, ya que, por una parte, la producción ha ido acumulando stock, por otra ha ido reduciendo su comercialización y a partir del próximo lunes el cierre total.
En este estado de cosas, no hay que ser un analista ni experto para adivinar que se viene una grande en cuanto a la economía con mayúsculas. Aquí se le esta pidiendo al Banco Central Europeo ayudas a los países que se están viendo sucumbir, pero Holanda y Alemania se oponen a apoyar esas medidas. Es en situaciones como esta cuando podemos ver la real dimensión de lo que de verdad implica la CEE. Cuando ésta impone condiciones, renuncias y sacrificios todos a cumplir, pero cuando de auxilio y solidaridad se trata aparecen los verdaderos «pingos».
Lamentablemente, con esta actitud se lo están poniendo en bandeja a aquellos que no creen ni apuestan por el proyecto europeo.
Tendremos que ver cómo habrá que enfrentar la tempestad que se viene.
¿Cree que dicha situación puede extenderse por mucho tiempo?
Personalmente, debo decir que no soy la persona adecuada para siquiera esbozar una respuesta. No tengo elementos ni conocimientos para estimar el tiempo que pueda extenderse esta situación. Solo puedo deducir que, de acuerdo a la información que estamos recibiendo en todo lo que va de este proceso, creo que nos estamos acercando al pico tan esperado de esa curva de la gráfica que nos han explicado. Si la curva se suaviza, quiere decir que el flujo de ingresos en los hospitales empieza a ralentizarse y habrá camas y asistencia para todo aquel que lo necesite.
Luego, cuando todo esto pase, que seguramente pasará, será otro mundo el que nos espera. Aunque todo intente retomar la cotidianidad, en mayor o menor medida, nadie será el mismo.
¿Qué recomendaciones podría darnos a los uruguayos?
No puedo dar recomendaciones, y menos cuando veo lo que se está haciendo en Uruguay. Según las noticias y la información que me llega, las medidas sí que se están tomando bastante a tiempo y nuestra gente, por su parte, está respondiendo en su gran mayoría con una actitud muy solidara, de conciencia ciudadana y urbanidad. La satisfacción de saber que una vez más, Uruguay es un ejemplo de sociedad, renueva, otra vez ,mi orgullo de ser uruguaya.
Adrián Báez
«Cuando todo esto pase, que seguramente pasará, será otro mundo el que nos espera»
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